UNIVERSIDAD DE CALDAS
FACULTAD DE ARTES Y HUMANIDADES
PROGRAMA DE DISEÑO VISUAL
MAESTRÍA EN DISEÑO Y CREACIÓN
INTERACTIVA
5ta. COHORTE
REFLEXION FINAL
SEMINARIO TEORIAS DE LA CREACIÓN AUDIOVISUAL
Dr. Eduardo Russo
El análisis audiovisual como una función didáctica
El análisis audiovisual como una función didáctica
Félix Augusto Cardona Olaya. Código: 2211122960
Octubre 15 de 2012
Quien enseña sin emancipar, embrutece (Russo,
2012 citando a J. Jacotot)
Como núcleo
inicial para este texto, partiré de la noción clásica y fundamental de la
filosofía que enuncia que el universo se compone con seres y cosas; Los
primeros crean y definen a las segundas, así, cada cosa es determinada por su
duración, individualidad, singularidad y autonomía esencial. A estas cosas les
atribuimos una significación frente a las condiciones que nos definen como ser,
otorgándoles estados referidos a nuestra propia condición o como bien señala
Husserl es “un colocarse ante la vida”.
Y en este sentido, se
puede señalar que como individuos que formamos parte de la sociedad del mundo
occidental, actualmente vivimos una cultura de lo audiovisual que privilegia la
gratificación sensorial, visual y auditiva de las imágenes, a través de medios
como la televisión, el cine, el video, los dispositivos móviles y la internet, los
cuales conjugan intelecto, emociones y sentimientos mediante una mixtura
diseñada, a veces no diseñada de imágenes y sonidos constantes, los cuales
recorren uno a uno y entre todos ellos gran parte de nuestra cotidianidad en
diversos contextos.
Ahora antes que leer textos
escritos, como forma primigenia del aprendizaje sobre las cosas del mundo, se da
este inicio observando imágenes de las cosas, en cualquiera de estos medios, lo
que permite ver desde lejos[1]
cosas que pueden estar en cualquier sitio y desde cualquier distancia. Lo
cual, ha cobrado tanta importancia para los seres que las crean
que se habla de que vivimos en una iconosfera[2], donde las
formas de producción, distribución y exhibición de las cosas que se expresan
mediante imágenes y sonidos, lo audiovisual, ha producido grandes
transformaciones en el modo de analizar, comprender y proyectar el mundo.
Uno
de los ejemplos más claros de esta transformación por medio de lo audiovisual,
es lo que se ha denominado cine, palabra abreviatura del termino cinematógrafo
con el que se denomino el dispositivo
inventado por los hermanos Lumière, la cual se origina por la unión de κινή (kiné: movimiento)
y de γραφóς (grafos: imágenes): “imágenes en movimiento”, que fue uno de
los tantos procesos de lo audiovisual donde convergían técnicas y aportaciones
científicas desde muchos campos, suscitados desde mediados del siglo XIX hasta
1906, época en la cual, tras muchas variables que pasan por lo socioeconómico y
político hasta lo tecnológico el cine se impuso.
Como una atracción para
masas que contaba historias bajo un aspecto voyeuristico, en donde el publico,
se convertía en un espectador, contrario a maneras de cine que solo querían
mostrar, expresar o contar algo, involucrando al publico con lo audiovisual, el
que observaba la pieza podía ver, y hasta sentir, la mirada del actor que se dirigía
a la cámara y por ende a él (Gunning, 2006), algo similar a lo que se pretende
con las formas de creación audiovisual actuales.
El
cine, como creación audiovisual en un proceso histórico no mayor a 20 años, se
convirtió en uno de los referentes mas importantes para definir los modos de
vida de la sociedad moderna y proyectar las cosas que esta crea desde sus
mismos inicios, de maneras muy diversas, pero siempre con el proyecto de ser un
espectáculo para la diversión de grandes masas, un cine de atracción.
Lo
cual, permitió y permite establecer miradas sobre las cosas del mundo de maneras
distintas, a veces ni previstas por sus propios creadores, como el caso de los
hermanos Lumière, que un principio no vieron sentido comercial a su invención y
consideraban que debería aproximarse más al campo científico.
Pero
luego de la primera exhibición pagada por un publico de París en 1895 con las cintas “Salida
de la fábrica Lumière”, “Llegada de un tren a la estación de la Ciotat”
y “El regador regado”, el cine comenzó su historia como testigo,
testimonio, guía y proyección de la vida cotidiana para muchas personas,
alejándose diametralmente de una perspectiva científica, desarrollando un
modelo propio de desarrollo enfocado en la narrativa, en el contar historias
que permitieran mediante ilusiones ópticas anexas a su propio principio
funcional.
Lo narrativo, entonces
dentro del cine tuvo en paralelo varias alternativas desde perspectivas como
las expuestas por Méliès o los propios Lumière entre otras muchas, definidas por
su intención de entretener con una estética de transparencia (Gunning, 2009:45)
frente a la representación de las cosas y los seres del mundo, que permitió
establecer un proyecto ideológico y un modelo teórico que por múltiples
variables se consolido como el mas popular y mejor distribuido dentro de la
dinámica de todas las creaciones audiovisuales posibles, que no dejaron de
existir, si no que pasaron a un mundo subterráneo debido al modelo político y económico
imperante desde el inicio mismo del cinematógrafo, por lo cual, el cine como proyecto
y modelo de producción audiovisual, se considera como el mejor, o peor aun, como
el único modelo audiovisual a seguir.
Sin embargo, encontramos
que a través de la historia existieron y existen otros modelos y proyectos de
producción audiovisual, “situadas en una encrucijada entre varios sistemas de
proyección de imágenes de los que se tenían noticia desde la antigüedad
clásica, los desarrollos fotográficos que se estaban sucediendo desde la tercera
década de ese siglo, y la oleada de juguetes ópticos que aunaban difusión
popular de ciertas teorías científicas con diversión a diversa escala,
produciendo ilusión visual” (Russo, 2009) cada uno de los cuales “hace cine a su modo, y con eso, nos hace
ver el cine de otra manera, porque este es un tipo de relaciones entre
imágenes, y entre imágenes y espectadores, y no una realidad inmutable. Tan
solo una explicación histórica” (Gunning, 2009:48)
Que retoma el poder
analítico del primer cine, en donde la experimentación con la imagen era la
búsqueda constante, y en ella, el análisis mas que la narrativa sobre las cosas
del mundo era lo esencial, pues bajo esta óptica para el cine ya no debe
pensarse la “imagen como objeto, sino
como acontecimiento, campo de fuerzas o sistema de relaciones que pone en juego
diferentes instancias enunciativas, figurativas y perceptivas de la imagen” (Parente,
2009:43).
Lo que establece que la concreción de una imagen es el
resultado de procesos muy complejos, que dan cuerpo a una idea, que en
principio es descriptiva, porque la cosa se impone al concepto, pero en el
desarrollo mismo del proceso audiovisual esta concepción se desarrolla como la
esencia misma del mensaje, la imagen se convierte en algo más simbólico, profundo,
universal y la imagen de las cosas descritas cede paso al concepto construido
de ellas.
En este proceso entre descripción y conceptualización
a través de una interactividad continua, se concretiza la imagen como un
concepto acerca de la realidad y su posible representación (Gonzales, 2010). La
imagen así, se revela con autonomía e inicia un proceso de decisiones continuo,
tanto para el espectador, como para el autor, puesto que a partir de esa
primera imagen, el espectador no logra precisar en que momento la imagen dice
algo más que su propia forma, y se convierte en concepto, lo cual obliga a
conocer y utilizar las tecnologías de lo audiovisual mas allá de lo que el cine,
tal y como lo concebimos, nos ofrece como principal medio para integrar las imágenes,
los sonidos y los conceptos.
Por lo tanto para generar conocimiento, es decir,
conclusiones acerca de esta integración, implica, otras formas de pensar, otras
estéticas, otros códigos y otros lenguajes que permitan comprender que los
medios audiovisuales como el cine, no presentan la realidad tal cual, sino, que
la representan mostrando sólo una parte de lo que ocurre en el espacio y tiempo
donde acontece el hecho y no obstante el deleite y placer que nos provocan las
imágenes y los sonidos (Ferres, 1993) que conforman un producto audiovisual
como el cine.
De manera tal que el cine, debe ser entendido como uno
los principales medios que están formando a las sociedades, aunque no se lo
proponga, pues transmite de manera intencional conocimientos, principios y
valores al proceso del conocer, aprender y transformar dentro del complejo
fenómeno de la recepción. Se establecen así, mediaciones y filtros a través del
propio bagaje cultural en donde la comunicación audiovisual se ha convertido en
hegemónica, tanto así, que si no se dominan los códigos de la expresión
audiovisual los emisores y receptores dentro de este proceso, llevan a que la
sociedad sea una institución pasiva y acrítica (Orozco, 1988).
Mas aun, cuando ya
ni siquiera debemos salir de nuestros habitáculos cotidianos de convivencia
familiar o pagar una entrada a un espacio diseñado, para poder acceder a la
proyección de sus productos donde se vive la “fascinación de la sala oscura” y
todo el rito moderno que se creo alrededor de la asistencia a estas funciones
de cine, pues ahora en espacios de intimidad individual por medio de las nuevas
tecnologías de pantallas y los dispositivos con una gran capacidad de
almacenamiento en una configuración morfológica de mínimas dimensiones, o la posibilidad
del acceso en línea a través de la Internet, han hecho posible que llegue el cine
a espacios jamás imaginados como en la palma de la mano en cualquier momento y
lugar, mas aun, sin necesidad de compartir con otros espectadores.
Con
esta revolución de formato, apoyada por la tecnología digital, el cine como
medio de comunicación de masas tradicional se incorpora impajaritablemente a
las redes telemáticas. El ciberespacio se constituye así, como el nuevo espacio
de comunicación social donde confluyen todos los medios convertidos en datos de
información, para servir la "realidad sensible a domicilio", como
auguraba Paul Válery.
De
manera que ver cine, de observarlo, se convierte en un proceso donde el
espectador, o mejor dicho, todos los tipos de espectadores posibles hoy en día,
son reconocedores expertos de las “formas activas proyectadas sobre sí. Incluso
desde los inicios mismos de la teoría cinematográfica fue claro que el trabajo
de espectador es algo opuesto a la pasiva condición de receptor, pero las
actuales condiciones complejizan mucho más la relación y posición en juego”. (Russo,
2009)
Por lo cual, se enfrentan
a un mundo abstracto de conceptos e ideas, interpretan en un contexto
gramatical y son quiénes controlan la experiencia y el ritmo del proceso de
comprensión e interpretación de lo audiovisual. El cine ya deja de ser
entretenimiento puro y lleva a una reflexión sobre las cosas y los seres del
contexto inmediato, pasado y futuro, y con ello, a una emancipación como “refutación en acto de un reparto a priori de
las formas de vida. Es el movimiento por el cual aquellos que se situaban en el
mundo privado se afirman capaces de una mirada, una palabra y de un pensamiento
públicos” (Russo 2012 citando a J. Ranciere)
Este nuevo modo de
conocer e interactuar con la tecnología a través de lo audiovisual, en forma
narrativa o no narrativa, gracias a las múltiples posibilidades del cine debe
repercutir en cierta manera en la elaboración del pensamiento humano, por ello, en la educación superior, sobre
todo en profesiones donde la creatividad y la concepción de proyecto son
esenciales, no se puede ignorar el caudal de información que proporciona el
cine, ya que este hace parte misma de los saberes cotidianos socialmente
significativos y forman parte del contexto, con lo cual, muchos espectadores
toman posición ante la vida.
Al estar frente a las
pantallas, se expone a una variedad de estímulos informativos, mientras que en
un aula los estímulos son más unidimensionales (Morduchwiez, 1997) la información que se genera en la interacción entre estudiante
y profesor es más lenta, se privilegia lo verbal y el escrito, no obstante, la nueva generación audiovisual de este
fin de milenio, ha desarrollado sus capacidades perceptivas y es capaz de
procesar más información que las generaciones que les precedieron (Orozco, 1998).
Estos cambios culturales
y de pensamiento están presentes y modifican el actuar cotidiano necesario para
lograr un efectivo proceso de enseñanza-aprendizaje, y en este sentido el cine,
puede ser un mediador y debe asumir
una postura activa o pasiva, de rechazo o estímulo, en el proceso de enseñanza
y aprendizaje, convirtiéndose en un recurso
didáctico para la educación superior, puesto que si los estudiantes en
su vida cotidiana a través de este medio audiovisual encuentran certezas o
preguntas frente a su existencia, seria posible y muy efectivo para el proceso
de formación profesional y mas aun, ciudadana, que este mismo medio les permita
analizar, reflexionar y criticar los mensajes que le ofrecen a través de los múltiples
dispositivos y pantallas que encuentran y de las cuales son poseedores tanto
estudiantes como profesores.
Así, las mediaciones
contextuales tanto en la relación estudiante-docente y en la relación
generacional dada por si misma en este proceso de interacción, podrían tener
lugar en crear espectadores con criterio suficiente para ver que las narrativas
o las imágenes y sonidos productos del cine no se desarrollan en el vacio, sino
que están mediadas, delimitadas y proyectadas por la cultura particular,
estilos de vida, clase social, identidades políticas, sexuales, religiosas y
culturales de los creadores y de los espectadores, puesto que
el cine “está hecho con tiempo visible y
audible. En el contexto general de una tendencia a la configuración de un puro
presente requiere de la instalación y apertura de otras temporalidades,
modulando nuevas posibilidades de mirada y escucha, que puedan enfrentarse
tanto a los misterios de lo visible o audible, como a los de lo invisible o el
silencio” (Russo, 2009).
Esta mediación como concepto analítico
para abordar la interacción (Martín-Barbero 1987) entre el proceso enseñanza-aprendizaje
y el cine, es una instancia cultural desde donde el público de los medios
produce y se apropia del significado y del proceso comunicativo que permiten la
integración de todas las facultades psíquicas y físicas del estudiante en el contexto
inmediato del aula, así como en su contexto vivencial, pues en ellos se ve cine
y en muchas ocasiones esta acción ocupa un lugar privilegiado, provee de temas
de conversación, invade su intimidad, pone en juego su afectividad y se
relaciona a partir de lo que es, y desde ahí interactúa con su comunidad, a su
vez que conforma sociedad.
Entonces
se debe dar mas potencialidad al otro lado del proceso de la comunicación
llamado recepción,
conformado por las resistencias y las variadas formas de apropiación de los
contenidos de los medios en un contexto más amplio, teniendo en cuenta las
distintas redes que se configuran y los procesos que allí tienen lugar (Martin-
Barbero, 1987) por esto el profesor como parte de esta
interacción, debe
configurarse como guía en este proceso de recepción, al conjugar
contenidos programáticos de formación con el observar, ser espectador del cine,
lo cual facilita el contenido informativo y permite generar sensaciones,
emociones y actitudes donde se integra lo visual, lo auditivo, el intelecto a la estructura del conocimiento, de
acuerdo con las características específicas para la cual fueron creados y con
la función didáctica que se les
asigne.
Las nuevas generaciones
nacen y se desarrollan con el lenguaje audiovisual en su gran mayoría, de
manera que integran lo cognoscitivo y lo afectivo de forma simultanea, tal y
como lo hace el cine, donde a cada imagen y sonido, corresponde una sensación
afectiva, pero también un significado cultural, así, que si se pretende ser
espectador de cine con formación critica, tal y como lo pretende esta mediación
entre el proceso enseñanza-aprendizaje con el cine, debe permitirse una
formación mas allá del análisis y comprensión ,a veces simple, de la narrativa
que nos pueda traer cada pieza. Se hace necesario entonces que se cree una
relación más directa entre los procesos de enseñanza-aprendizaje de cualquier
profesión con el cine, debido primero, a que este último puede expresar
cualquier cosa requerida por los seres que se forman.
Y segundo, que el
enfrentar cada una de las imágenes, los mensajes, los sonidos, los silencios y
las acciones desde cada subjetividad, pero con criterio objetivos, podría
llevar a conocer y entender lenguajes propios y su funcionamiento, desafiando
el proceso de formación en creatividad que a veces se centra solo en ciertos
aspectos técnicos y tecnológicos, no solo en la creación audiovisual, si no
también en otro tipo de expresiones del ser en cada contexto.
Se hace entonces
necesario que se considere la función didáctica del análisis audiovisual, como
una herramienta pedagógica que a través de los medios por los cuales se
transmite y se es espectador de cine, se logre actitud critica para la
formación humana y profesional, puesto que tenemos gracias al contexto actual
la posibilidad de llevar cine a cada persona, a cada estudiante, a cada
individuo, pero que sin formación sobre el como analizar lo audiovisual,
perdería mucho de lo que ofrece cada uno de los films, “por
ello se deberá
complementarse con actividades que refuercen ese costado gregario que es tan
constitutivo del espectador como su trato íntimo con cada film” (Russo,
2009)
Para
ello deberá formarse primero con la construcción de un material audiovisual, en
donde por su misma naturaleza, se acercara a la tecnología, a las tendencias
culturales, a las nuevas narrativas, a las formas de creación de imagen y
sonido, a un sinnúmero de elementos que para cualquier estudiante será un
sistema integral de analizar, comprender y dar un punto de vista critico frente
a su contexto, su formación, su individualidad, su sociedad.
Y en un segundo proceso
de formación, se deberá contemplar la enseñanza de ejercicios de análisis
fílmicos y de otros productos audiovisuales, que permitiría el desarrollo de un
pensamiento autónomo y emancipador que permita comprender los determinantes
sociales, psicológicos e ideológicos de los procesos de comunicación y
significación (Brisset, 2011), que hacen que una sociedad y sus individuos se
coloquen ante el mundo.
De manera que se conciba
el análisis audiovisual como una función didáctica primordial para lograr una
mejor educación superior dentro de nuestros contextos, formando mas que profesionales,
seres integrales que observen y vean las cosas de manera proactiva, como los
que brindan infinidad de filmes de los cuales siempre hago referencia para dar
puntos de apoyo para lograr éxito en el proceso de enseñanza-aprendizaje en el
cual estoy inmerso por vocación, convicción y conveniencia.
1.
Brisset, Demetrio, Función didáctica del análisis audiovisual. Análisis fílmico y
audiovisual. Ed. UOC. Barcelona, 2011
2.
Ferrés, Joan. Video y Educación. Ed. Paidós. España.
1993.
3. Gubern, Román. Exploración de la iconosfera contemporánea. Ed Gustavo Gili, Barcelona, 1987
4.
Gunning, Tom. Cine
de atracciones el cine de los comienzos, su espectador y la vanguardia. Compilado como: Cinema of atractions: Early film,
its espectator and the avantgarde. En Wanda Strauben. Ed. Cinema of
attractions Reloaded. Amsterdam, Amsterdam Universidad Press, 2006. Pp 381-888.
Trad. EAR
5.
Martín-Barbero, Jesús. De los medios a las mediaciones. Ed. Gustavo Gili.
México, 1987
6.
Mendoza Sánchez, María del Socorro. La generación
audiovisual en el proceso del conocimiento. En revista de educación y cultura
nº 12 Guadalajara, México, Febrero 2000. PP 50 – 55
7.
Morduchwiez, Roxana. La
escuela y los medios. Ed. AIQUE. Argentina, 1997.
8. Orozco Gómez, Guillermo. El Maestro frente a la
influencia educativa de la Televisión.
Guía de Educación Básica. Fundación SNTE. México, 1998.
9.
Parente, André. La forma
cine: variaciones y rupturas. En revista Estudios sobre cine y artes audiovisuales.2009.
PP 41-57
10. Russo, Eduardo. Espectadores
y pantallas contemporáneas. Artículo
originado en la conferencia presentada en el1er
Foro Iberoamericano de Cine Ciudad de Bogotá dictada el 14 de junio 2009,
Disponible en http://filmandfilm.com/index.php/es/actualidad-noticias.html
11. Russo, Eduardo. Apuntes del seminario Teorías de la
creación audiovisual para la V cohorte de la Maestría en Diseño y creación
interactiva. Universidad de Caldas, Manizales, 2012.
[1]
Es interesante señalar que uno de los medios audiovisuales mas populares
como la televisión en su origen etimológico concentra esta idea: puesto que la
palabra es la unión de la voz griega τῆλε
(tēle, «lejos») y la latina visiōnem: ver desde lejos
[2] Iconosfera: ecosistema
cultural formado por los mensajes icónicos y audiovisuales que envuelven al ser
humano, basado en interacciones dinámicas entre los diferentes medios de
comunicación y entre éstos y sus audiencias. Del texto La mirada opulenta. (Gubern, 1987)
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