SEMINARIO EN
INVESTIGACION I. FECHA AGOSTO 23
DOCENTE: Ph. D.
ADOLFO GRISALES
ESTUDIANTE DI. FELIX
CARDONA
INFORME
DE LECTURA 1 Investigación y diseño:
reflexiones y consideraciones con respecto al estado de la investigación actual
en diseño. Miguel Ángel Herrera Batista
Los
factores que han hecho que el DISEÑO aun tenga ciertas ambigüedades frente a su
episteme, se da por el hecho como lo señala Herrera (2010) de que el diseño
nace gracias a las actividades relacionadas directamente con la revolución industrial
y se inicio con esta, puesto que desde este momento se empezó hablar de
producción de objetos de manera masiva.
Este
enfoque cambio la manera de relacionarlos con nuestro contexto, puesto que ya
no se creaba el objeto único, ya no se era creador de las herramientas, útiles,
objetos de uso, etc… todos los individuos dejaron de ser sus propios
proveedores, se convirtieron en consumidores, en cuanto que el consumo es “el conjunto
de procesos socioculturales en que se realiza la apropiación y los usos de los
productos” (García Canclini,1999:34).
El consumo, se
convierte entonces en la práctica sociocultural donde se construyen
significados y sentidos del vivir, lo cual define los comportamientos sociales,
sobre los cuales los creadores a través de la tecnología, proyectan
los objetos de la mejor manera posible, tanto desde su función técnico
practica, como desde su función formal estética, pasando por la simbólico
comunicativa (Quarante, 1992).
De
manera que se presenta un proceso de reconciliación entre el arte y la
industria, como lo muestran los objetos que surgieron de los movimientos Arts
and Crafts de Inglaterra, el de la Union Centrale des Arts Decoratifs en
Francia y las escuelas de la Bauhaus y la de Ulm en Alemania, que lograron sistematizar
de mejor manera este proceso desde sus contextos específicos, con lo cual “contribuyeron de manera definitiva en la
concepción actual del diseño” (Herrera,2010)
Una concepción que nunca ha sido unánime y
desde cada creador, movimiento artístico, nueva tecnología, cada país o cada institución
educativa, por nombrar algunos de los posibles factores de injerencia de este
proceso, surgieren cada uno aportes que no permiten consolidar una teoría del
diseño, se dio por tanto una construcción de discurso del diseño soportado
desde estas múltiples visiones y aportes, sin consolidar una marco teórico
propiamente dicho.
Así, la búsqueda de una metodología única fue
una constante para superar esta etapa de discurso (Bonsiepe, 1999) y consolidar
un cuerpo teórico que permita elevar al diseño como ciencia para y desde la
cosmovisión moderna, en la cual todo debe verse desde lo cuantitativo, lo
racional, con metodología única, replicable que garantice siempre resultados
óptimos, que permitan consolidar una “disciplina académica capaz de
auto-construirse a partir de la investigación científica” (Herrera, 2010).
Pero esta visión se ve truncada, primero,
porque esta cosmovisión cambio, y el postmodernismo permite que la ciencia sea
entendida, comprendida y creada a partir de lo no cuantitativo, lo cualitativo
adquiere valor de objeto para la ciencia, por lo cual el diseño a pesar de
querer concebirse como “una actividad sistemática y rigurosa que busca la
generación de nuevos conocimientos, que sean confiables, válidos, verdaderos y
verificables” (Herrera, 2010 ).
Por lo cual definir una metodología única que
permite la investigación en esta área del conocimiento o disciplina académica resulta
muy complejo, sin embargo, los intentos no son pocos y ejemplos de ello son los
expuestos en el documento de Herrera () la MGPD y la DRM, que sin embargo y en
términos esenciales de la disciplina se reducen al establecer los Determinantes
del diseño, o el acto de sistematizar los factores incidentes en el desarrollo
del proyecto desde las esferas normativas, políticas, económicas o ambientales.
Para a partir de estos, y basados en el estudio
de áreas que competen a la disciplina establecer los parámetros de diseño desde
las perspectivas antropométricas, fisiológicas, sociológicas, tecnológicas,
técnicas, contextuales y las que el diseñador considere según la complejidad
del proyecto del diseño.
El cual se define desde una metodología
rigurosa, en la construcción de los requerimientos de diseño, que es la
relación de la información apropiada a partir de los determinantes y la
definición de los límites de realización del proyecto, los parámetros, con el
aporte que cada diseñador desde su visión da al proyecto de diseño (Quarante,
1992).
Y es desde el entender y aplicar esta
metodología que podemos ver el diseño como una actividad que requiere de investigación,
o lo que Herrera cataloga como Investigación para el diseño, en cuanto
que la definición de sus productos se da en la medida en la que se comprenden
los ambientes en los que se desenvolverán, de allí que se den procesos
investigativos desde el sector industrial, para la definición de los mercados
objetivos que garantice en cierta medida éxito financiero, luego de haber una
inversión desde
los productores, los diseñadores y los
comercializadores.
Igualmente como una investigación desde el
sector social, o investigación sobre el diseño, la cual indaga sobre el concepto de
cultura material que define la manera en que los productos industriales se
conjugan con las prácticas cotidianas de las personas, adquiriendo usos y
significados, evidenciando la capacidad de los objetos para materializar las
prácticas sociales, pues a través de sus procesos de compra, uso y eliminación,
se comprenden como registros de las formas de vida a través de las cuales los
individuos participan de los ritmos y valores de la colectividad a la que
pertenecen (Sanín, 2008).
En este caso, no seria muy
apropiado hablar que este tipo de investigación sea solo desde ámbitos de la
sociología, la economía u otras disciplinas que abordan el fenómeno del diseño
como objeto de estudio (Herrera, 2010), si no que debe ser un interés primordial
para los diseñadores, pues son los que establecen hoy en día, la cultura
material de las sociedades.
Y una investigación desde
la academia, que podría cobijar la categoría de Herrera (2010) como la
investigación a través del diseño, puesto que es la llamada a establecer desde
los nuevos enfoques de la pedagogía, la investigación y la proyección social
como sus funciones esenciales, un trabajo
transdisciplinario, que permite definir detalladamente la práctica del diseño y
el rigor metodológico y científico que se puede realizar desde otras
disciplinas.
A
partir de lo anterior, se referencia un estudio realizado en 2009 por Business
Week sobre las 60 mejores facultades de diseño en el mundo, en el cual se
indica que en principio que abundan las instituciones con un número
relativamente pequeño de estudiantes, en donde se dan ciertos perfiles
claramente identificables, que permiten ahondar en investigaciones para, de y a
través del diseño (muy al contrario de lo que sucede en el caso colombiano).
Como
las escuelas de diseño con perfil en negocios internacionales (formación de
diseñadores ejecutivos de alto nivel), en diseño de interacción con base en las
artes visuales, diseño de interacción con base en el desarrollo de software (en
los Estados Unidos, Escuelas patrocinadas por Microsoft) y perfil de eco-diseño
(la brasilera ESDI)
Se
encuentran además escuelas de diseño con Centros para la Investigación
incorporados, (especies de incubadoras de proyectos empresariales de base
tecnológica, aplicada al diseño) generalmente apadrinadas por una o más corporaciones
privadas (en esta figura lo importante es garantizar un amplio presupuesto) que
dan aliento a los procesos de investigación y conexión con el medio.
En
cuanto a formación posdoctoral en Diseño Industrial solo existen a la fecha dos
opciones educativas en el mundo; Imperial
Royal College of Arts en Inglaterra y el Politecnico di Milano, en Italia. Resulta interesante que esto se
dé en los países que tal vez expresan mejor los polos conceptuales por los que
tradicionalmente se ha visto definido el diseño; el aspecto netamente
industrial (recordemos a Inglaterra como cuna de dicha revolución) donde sobre
abunda el modelo de diseñadores recién graduados que prontamente constituyen
pequeñas empresas para la manufactura de sus productos para ellos mismos comercializarlos
a partir de la imagen alternativa de sus marcas, y por otro lado, el aspecto plástico o de exploración de la
forma, la comunicación y el estilo como estrategia para potenciar las ventas
del producto, donde el diseño italiano ha llevado la batuta.
Muestra
también del fenómeno global y expansivo del diseño, y en especial, de la
investigación académica en diseño, es el aumento de suscripciones a las
revistas especializadas en la materia; tal vez la más tradicional de ellas, Design Research News, manifiesta haber
incrementado las suscripciones desde 1990 a 2007 para tener a la fecha más de
7500 lectores, notorio si se considera que en 1990 ese número ascendía tan solo
a 1500 suscripciones (Friedman, 2007)
Es
importante destacar que el año 2005 posee un referente obligado para poder
hablar de un ambiente global propicio para hablar de investigación en diseño,
pues es en ese año donde se fundan IASDR (International
Association of Societies of Design Research) por el Instituto Chino del
Diseño (CID), la Design Research Society
(DRS), así como la Japanese Society for
the Science of Design (JSSD), y por último la Korea Society of Design Science (KSDS) siendo pues evidente la
acogida que viene obteniendo el enfoque científico del diseño en el Asia.
Entre
las publicaciones periódicas y revistas de carácter indexado que se pueden citar
se encuentra la tradicional Design Studies (fundada en 1979), Design Issues (desde 1984), el Journal of Design History (desde 1988), Design Management Review (nace en 1990),
el Design Journal (desde 1998), el Journal of Design Research (desde 2001),
CoDesign (2005), Artifact (2006), y Design
Research Quarterly (desde 2006) por citar algunas.
Igualmente
es necesario llamar la atención sobre el incremental peso de los denominados Pseudo Professionals y/o Dummies, personas sin formación
académica en el sentido más ortodoxo, pero que gracias a la abundancia de
material de estudio por los libros digitales, las páginas web, los videos, el
sistema open source, etc.. y sobre todo, el poder capacitador sin fronteras de
las comunidades virtuales en el entorno de la cibercultura, pueden acceder al
conocimiento disciplinar casi sin límite alguno, siendo llamativa la legitimación
que se hace de su presencia en los concursos y eventos de diseño.
Ahora
bien, tanto para amateurs como para profesionales, la calidad inexpugnable
otrora concedida al conocimiento como fin último a entrado en serios
cuestionamientos desde la crisis de la modernidad; más bien resulta de interés
la contundencia, calidad y la suficiencia con que eventualmente dichos actores intervienen en dichos certámenes
frente a sus homólogos profesionales (Vogel, 2005).
Ello
deviene en un llamado de atención para la formación tradicional de los
diseñadores, ya que pueden incorporarse con mayor fuerza las prácticas de
interacción en comunidades virtuales multiculturales dentro de los procesos de
enseñanza-aprendizaje (Lessing, 2004).
Como
en el caso de los entornos académicos con un claro perfil investigativo como los
establecidos en el MIT (Massachuset
Institute of Technology) el cual dispone de los teóricos en Mind Design (Diseño de Mente), en el
campo de la cognición, de la inteligencia artificial, el biomorfismo y el
Diseño de Interacción, dando cuenta una vez más de los procesos transdisciplinares
que emergen cada vez con mayor potencia y que invitan a la conjunción con otras
disciplinas.Dando como resultado escenarios contemporáneos en investigación
para el diseño en donde la preocupación central es el ser cognoscente que actúa
con objetos que no tienen presencia física.
En
esta sugestiva situación y en vista del acortamiento de distancias que hacen
otros sectores de la sociedad respecto de los profesionales del diseño, se
abren nuevos campos de estudio transdisciplinar que implican niveles de
formación, alcanzables únicamente desde un método multi e interdisciplinar que
establezca diálogos del conocimiento.
Así,
se podría entender la necesidad de elevar al diseño a la categoría de ciencia
con un marco teórico sustentado en
la investigación hasta ahora desarrollada bajo tres fases superpuestas: la experiencial,
intelectual y experimental. Con lo cual se puede concluir que
el diseño es una ciencia en
construcción, pero que su consolidación depende del rigor y seriedad con la que
se lleve a cabo el trabajo de investigación que permita su reconocimiento ante la
comunidad científica (Herrera, 2010).
Por otro lado, permitiría definir al diseño como la
ciencia que aporta a la sociedad mejores calidades de vida, pues el buen juicio
que se haga sobre sus creaciones desde la aplicación metodológica científica
definirá si el “diseño estará a favor o en contra del bien social” (Papanek,
1971:57), teniendo en cuenta que “habitualmente funcionan dentro del
sistema de producción, distribución y consumo, cuyos componentes rara vez están
bajo su control. Si bien la ética personal es el punto de partida fundamental
de la estrategia de acción de cualquier diseñador, muchas veces los diseñadores
deben actuar dentro de esferas de poder cuyos parámetros son determinados por
otros” (Margolin, 2006:16).
Referencias:
Bonsiepe,
Gui en http://guibonsiepe.com.ar/guiblog/category/design-discourse/
Business Week (2009) http://www.businessweek.com/interactive_reports/
talenthunt.html
Friedman,
Ken. (2007) Design Research News. Editorial
García Canclini, Néstor (1999)
“El consumo cultural: una propuesta teórica”. En: Guillermo Sunkel (coord.): El Consumo Cultural en América Latina. Colombia: Convenio Andrés Bello.
Lessing,
Lawrence.(2004) Free Culture. How Big
Media Uses Technology and the Law to Lock Down Culture and Control Creativity.
The Penguin Press 2004
Margolin, Victor (2000) "Building a Design
Research Community," En: Design Plus Research: Proceedings of the
Politecnico di Milano Conference, May 18-20, 2000, editado por Silvia
Pizzocaro, Amilton Arruda and Dijon De Moraes. Milan, Italia
Margolin, Víctor (2006)
“El ciudadano diseñador”. En Revista Tipográfica 73. España
Papanek, Víctor (1971) Diseñar para el mundo real, ecología humana
y cambio social. Madrid España: Blume
Quarante, Danielle.
(1992) Enciclopedia del Diseño Industrial. Vol 1. Barcelona España:CEAC
Sanín, Juan D. (2009) Responsabilidad sociocultural del diseño en los
procesos de construcción de la memoria colectiva de las naciones En http://www.DisenoLA.org
Organización Latinoamérica de Producción Intelectual en la disciplina
del Diseño.
Vogel,
Craig M. (2005) The Design of Things To Come. Warton School Publishing
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