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trabajo
final curso de posgrado en gestion y salvaguardia del patrimonio cultural
inmaterial
Félix Augusto
Cardona Olaya
VISIBILIZACION DE
LA MEMORIA FOTOGRAFICA DEL PAISAJE CULTURAL CAFETERO COLOMBIANO PATRIMONIO
CULTURAL DE LA HUMANIDAD.
Facultad de
Ciencias Economicas
Universidad
Nacional de Cordoba
Octubre del 2015
1
Diagnostico
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura[1]
(UNESCO), tiene un programa denominado: Patrimonio de la Humanidad,
administrado por un Comité compuesto por 21 Estados, elegidos por la asamblea
general de Estados miembros y asesorados por distintos organismos
independientes como el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS),
la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y el Centro
Internacional para el Estudio de la Preservación y Restauración de los Bienes
Culturales (ICCROM). Su objetivo principal es catalogar,
preservar y dar a conocer sitios de importancia cultural o
natural excepcional
para la herencia común de la humanidad, los cuales poseen cada uno un valor
universal excepcional y al menos cumplen con uno de los siguientes criterios de
selección (UNESCO 2004 citado por Saldarriaga et al. 2010).
I. Representar una obra maestra del genio creativo humano.
II. Testimoniar un importante intercambio de valores humanos a lo largo de
un periodo de tiempo o dentro de un área cultural del mundo, en el desarrollo
de la arquitectura o tecnología, artes monumentales, urbanismo o diseño
paisajístico.
III. Aportar un testimonio único o al
menos excepcional de una tradición cultural o de una civilización existente o
ya desaparecida.
IV. Ofrecer un ejemplo eminente de un tipo de edificio, conjunto
arquitectónico, tecnológico o paisaje, que ilustre una etapa significativa de
la historia humana.
V. Ser un ejemplo eminente de una
tradición de asentamiento humano, utilización del mar o de la tierra, que sea
representativa de una cultura (o culturas), o de la interacción humana con el
medio ambiente especialmente cuando éste se vuelva vulnerable frente al impacto
de cambios irreversibles.
VI. Estar directa o tangiblemente asociado con eventos o tradiciones vivas,
con ideas o con creencias, con trabajos artísticos y literarios de destacada
significación universal. (El comité considera que este criterio debe estar
preferentemente acompañado de otros criterios.)
VII. Contener fenómenos naturales superlativos o áreas de excepcional
belleza natural e importancia estética.
VIII. Ser uno de los ejemplos representativos de importantes etapas de la
historia de la tierra, incluyendo testimonios de la vida, procesos geológicos
creadores de formas geológicas o características geomórficas o fisiográficas
significativas.
IX. Ser uno de los ejemplos eminentes de procesos ecológicos y biológicos
en el curso de la evolución de los ecosistemas.
X. Contener los hábitats naturales más representativos y más importantes
para la conservación de la biodiversidad, incluyendo aquellos que contienen especies
amenazadas de destacado valor universal desde el punto de vista de la ciencia y
el conservacionismo.
Al cumplir
con al menos con uno de estos criterios la UNESCO en Latinoamérica y el Caribe
ha declarado como paisajes culturales cinco territorios (Ver lista
abajo) en reconocimiento a la
voluntad por conservar un legado a las futuras generaciones y buscar proyectar
de manera experiencial el recorrido histórico/cultural/económico acontecido en
sus naciones, estos son:
§ Paisaje del Valle de Viñales en Pinar
del Rio de Cuba
§ Paisaje arqueológico de los primeros
cafetales en el sureste de Cuba
§ Paisaje de la quebrada de Humahuaca
en el sur de Argentina
§ Paisaje Agavero y las antiguas
instalaciones industriales de Tequila en Jalisco de México.
§ Paisaje Cultural Cafetero en la
región centro occidente de Colombia
Estas declaratorias han hecho que desde diversas
instituciones de carácter público y privado, se desarrollen proyectos que
incentiven su preservación, proyección y sostenibilidad como patrimonio de la humanidad.
Convirtiendo a cada uno de estos territorios en factores de creación de
identidad cultural y proyección de los valores sociales de las comunidades que
los habitan, por lo que son una posibilidad de desarrollo económico al crear
alternativas de ingresos en los sectores del turismo, la artesanía y la
cultura.
El Estado colombiano, mediante la Ley 45 de 1983, entró a
formar parte de la “Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial
Cultural y Natural” de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (UNESCO), aprobada por la Conferencia General en su
decimoséptima reunión en París, el 16 de noviembre de 1972. La solicitud de
inscripción del PCC en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO se enmarca
en los compromisos del Estado colombiano para el reconocimiento, divulgación y
protección de los sitios que merecen ser catalogados como patrimonio de la
humanidad.
En este sentido, cabe destacar que en el ámbito mundial
existen importantes zonas productoras de café que si bien cuentan con unos
rasgos distintivos y una belleza propia, se diferencian del Paisaje Cultural
Cafetero en términos tan distintivos como el carácter familiar, la intensidad
en mano de obra, la calidad del producto, el impacto en la economía regional,
el capital social y/o la institucionalidad desarrollada alrededor de la
actividad productiva.
La UNESCO declaró al Paisaje
Cultural Cafetero (PCC) en el año 2011 como Patrimonio Cultural de la Humanidad por
cumplir con los criterios III y V de
la lista anteriormente expuesta, gracias a que sus habitantes se han autodeterminado como
pueblo cafetero con identidad propia, cuyos conceptos de desarrollo,
identificación de necesidades y prioridades para relacionarse con la sociedad y
el medio ambiente (Saldarriaga y otros, 2010) trascienden del ámbito nacional
hacia un reconocimiento mundial y es una de las expresiones de colombianidad
más reconocidas que se debe procurar conservar cultural y paisajísticamente.
Este paisaje es un territorio colombiano (Ver ilustración 1) conformado
por 47 municipios de los Departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío y
Valle del Cauca dentro
de 350.000 hectáreas
en las que vive una población estimada de 600.000 personas en 25.000 fincas
cafeteras ubicadas entre los
1.200 y 1.800 msnm con laderas de inclinación promedio mayor al 25%. En un clima de bosque tropical andino con altas
variaciones de clima entre el día y la noche entre los 3°C
a 24°C.
Igualmente esta región presenta un elevado número de
hábitats de interés estratégico para la conservación de la diversidad
biológica, tanto así que es una de las 34 regiones prioritarias para la
conservación de la vida en la tierra, de acuerdo con la ONG Conservación
Internacional, ya que contiene cerca del 6,3% de las aves del mundo con 837
especies de aves registradas en la literatura técnica, cerca del 45% de las
especies de aves del país; 94 especies de ranas registradas, de un potencial de
268 especies; 25 especies de mamíferos no voladores, de un total potencial de
296, y 21 especies registradas de murciélagos, de las 175 especies presentes en
el país (CARDER, 2004).
Otro aspecto del PCC está dado por sus condiciones
de localización, relieve, clima y suelos
que permiten en promedio 120 m.m. de lluvia y casi 5,5 horas de sol
diariamente, por lo cual cada planta de café adquiere características de
cuerpo, sabor, aroma y acidez únicas que permiten catalogar al café colombiano
como el mejor café suave lavado del mundo.
Ilustración 1 Ubicación del PCC en territorio colombiano

Fuente: Elaboración propia, 2013
Adicional a todas estas condiciones, se establece en la región un modelo
económico fundamentado en la propiedad sobre pequeñas parcelas con uso permanente
e intensivo, sin mayores requerimientos técnicos y sin sacrificar el cultivo de
productos para la subsistencia, lo que generó óptimas condiciones para un
crecimiento socio económico estable que permitió afianzar valores sociales y culturales que consolidaron a esta parte del país,
como una zona próspera con respecto al nivel de desarrollo nacional configurando uno de los fenómenos de mayor repercusión en la
economía y cultura colombianas del siglo XX: la caficultura.

De manera que nacen manifestaciones culturales como el
menaje para el viaje, para el transporte del café que salía y las mercancías
que entraban, la arriería, las mulas, luego el cable aéreo y el ferrocarril,
después las vías que dan paso a carros y camiones llenaron el paisaje y la vida
de la zona imprimiendo en ella una serie de cualidades que identifican el
territorio de una manera especial y única.
En este sentido, es conveniente señalar que el tamaño
promedio de las fincas cafeteras es de 4,6 hectáreas,
de las cuales 2,6 se
encuentran cultivadas con café (CARDER, 2004). Esta estructura de tenencia se
denomina división
parcelaria menuda y da cuenta de una significativa democratización
de la propiedad rural cuyo sistema de producción de pequeña escala se
caracteriza por el empleo de mano de obra familiar, que en los momentos más
importantes de la cosecha se complementa con la contratación temporal de mano
de obra. Generalmente estos predios están habitados por sus propietarios,
quienes permanentemente trabajan y monitorean todos los aspectos relacionados
con la producción de su café y de los otros productos que complementan sus
ingresos.
Esta circunstancia permitió una inusual unión de campesinos minifundistas con comerciantes latifundistas dentro del
contexto colombiano y latinoamericano. De esta circunstancia
surge la organización gremial del sector, un modelo de organización que
ha irrigado sus beneficios al país y a su
economía:
La Federación Nacional de Cafeteros, creada en 1927, la cual
estableció estrategias desde la comunidad misma para resolver dilemas colectivos
tales como la creación de externalidades positivas, la provisión de bienes
públicos y el enfrentamiento a los problemas de información, costos de
transacción y otras imperfecciones del mercado (Ghul, 2008). De esta forma se
logró mejorar la rentabilidad de largo plazo del café y se generaron importantes
efectos distributivos entre los habitantes de la región. Con todo ello se
consiguió el acceso a mercados a través del desarrollo de un sistema de
comercialización, almacenamiento, asistencia técnica, investigación y
desarrollo tecnológico, promoción y soporte institucional.
Adicional a esto y como fenómeno complementario a esta
tenencia de tierras en lo rural, el modelo urbano construido en las cabeceras
municipales como nodos de intercambio del comercio y la cultura de la población
se fundamentó en la Cuadrícula, modelo urbano heredado de la cultura española, en el cual
se ubican todos los elementos en retículas ortogonales en cuyo centro se
edifican los proyectos arquitectónicos del poder económico, social y religioso,
configurando estructuras de damero en ladera que dan unas perspectivas únicas
sobre el territorio (Ver ilustración 2).
De esta manera el proceso histórico, la forma de propiedad y
las instituciones cafeteras se han convertido en marcadores de identidad que hizo surgir en la comunidad un espíritu cívico que ha hecho posible una unidad
cultural, geográfica, económica y paisajística que articula valores
excepcionales de integridad y autenticidad relacionados íntimamente con su
entorno natural y el cultivo del café (Ghul, 2008). La caficultura colombiana asume valores
ancestrales siempre ligados al trabajo cotidiano. Forjando un sentido de lugar, cohesión social y
belleza escénica diferente por la variedad y originalidad de sus
manifestaciones en los órdenes oral, dancístico, musical, gastronómico,
literario, arquitectónico y costumbrista.
En este sentido,
el Gobierno colombiano en cabeza del Ministerio de Cultura junto al Ministerio
de Vivienda, Ciudad y Territorio, el ministerio de Industria, Comercio y
Turismo, el Departamento Nacional de Planeación (DNP) y el apoyo de los
gobiernos regionales representados por los comités departamentales de
cafeteros, las gobernaciones, las corporaciones autónomas regionales, las
universidades públicas y privadas interesadas, las cámaras de comercio y algunas
organizaciones sociales han definido una política pública expuesta en un
documento CONPES[2].
Mediante el cual
la declaratoria del paisaje cafetero colombiano como patrimonio cultural de la
humanidad por parte de la UNESCO, debe generar condiciones idóneas de
desarrollo social, económico y cultural en sus habitantes, acompañadas con el
cumplimiento de los requisitos de sostenibilidad ambiental y social exigidos
puesto que este territorio como lo señala Saldarriaga (2010. P.5):
“debe entenderse como el testimonio del modo de vida de
los habitantes en torno a la producción cafetera que ha desarrollado una
cultura rica en paisaje, patrimonio cultural, tradiciones y manifestaciones que
se transmiten de generación en generación. Su dimensión, intensidad y
apropiación no tienen parangón en el mundo”
De allí que para hacer operativa la política pública
reflejada en las disposiciones del CONPES que para el caso específico es el
3803[3]
deben configurarse proyectos donde la apreciación, valoración y apropiación se
enmarquen en una perspectiva glocal[4],
por esto las entidades anteriormente mencionadas crearon una estrategia que han de mantener y mejorar las condiciones
de conservación y desarrollo, actuales y futuras reflejada en el
documento denominado Plan de Manejo del Paisaje Cultural Cafetero
(PMPCC).
El PMPCC se diseñó en función de los principales valores, factores de afectación,
objetivos y estrategias (Ver tabla 1) que direccionan la
protección, planeación, gestión,
apropiación y conservación, de manera sostenible y en armonía con las
actividades económicas y culturales de la población de este territorio
colombiano. En virtud de ello, los proyectos que se enmarcan dentro de la
caficultura colombiana representada ahora en un paisaje patrimonio cultural de
la humanidad, deben configurarse como modelos de desarrollo sostenible que
conserven antes que nada los valores sociales y comunitarios de su población en
una escala glocal, para lograr sentido de pertenencia y apropiación en los
habitantes que impulse de manera adecuada el desarrollo de la declaratoria del
PCC
De manera que los habitantes de este territorio integren en
sus contextos cotidianos la declaratoria como elemento que les permita
afianzarse como comunidad reconocida, nominada y apropiada de sus
características únicas, pero con proyección sostenible en términos de su
desarrollo económico y social, pues como bien se señala en apartes del
documento de la Comisión de Ajuste de la Institucionalidad Cafetera (2002.
P.12) “El café en Colombia, más que un
producto agrícola de exportación, es ante todo un tejido social, cultural,
institucional y político que ha servido de base para la estabilidad democrática
y la integración nacional”.
2
Fundamentacion
Guardando una prospectiva racional frente al estado actual
del Paisaje Cultural Cafetero, el gobierno nacional y la Federación Nacional de
Cafeteros en el año 2013 conformaron una misión de expertos[5],
conformada debido a la crisis que el sector sufrió desde 2010 y en la que se
evidencio los cambios drásticos sufridos durante los últimos diez años en su
capacidad productiva y comercial. Estos cambios han hecho que el sector
cafetero, otrora base de la economía nacional colombiana, entre en un proceso
de reconversión tanto en sus estrategias de desarrollo, como en la zonificación
de su territorio, razón por la cual se constituyó el documento CONPES 3763: Estrategia para la
competitividad de la caficultura colombiana, en el cual se aprecia como
Colombia ha perdido peso como productor mundial de café, pasando del 9,21% en
el año 2000 al 5,55% en el año 2014, una caída del 40%. Asimismo, la producción
en sacos de café ha presentado una tendencia a la baja durante las últimas dos
décadas. En el año 2012 se produjeron 7,74 millones de sacos, 632 mil sacos
menos que la tendencia de largo plazo, es decir un 7% por debajo de ésta y 39%
menor que la producción registrada en 2007.
Igualmente
existe un cambio radical en la
composición regional del área sembrada en café en Colombia, que es muy
significativa para el territorio que ha sido declarado Patrimonio cultural de
la humanidad, puesto de los 23 departamentos cafeteros[6]
solo 4 son parte de esta declaratoria. Y en estos 4 departamentos han
disminuido sustancialmente las áreas sembradas de café en casi un 25% mientras
en los departamentos de Cauca, Huila y Nariño se han sembrado 79.000 nuevas
hectáreas cerca de un 40% de total de sembrado
Datos que evidencian que el sector cafetero colombiano
dentro del territorio del PCC debe cambiar su estrategia económica sustentada
en la producción y comercialización del grano, hacia otras actividades como el
turismo y otros servicios alrededor de la cultura cafetera. Lo anterior sugiere que deben
acometerse proyectos, para que construyan competitividad a partir de la cultura
del café, y no únicamente en la producción del mismo. Solo así se garantizará que la declaratoria
del Paisaje Cultural Cafetero Colombiano sea un sector generador de progreso y
eje en la construcción de nación manteniendo las características que han hecho
del PCC patrimonio cultural de la humanidad que no debe perder la caficultura
como algo significativo de su cultura e identidad.
Al
respecto en el año 2011 tras superar una de las peores crisis del sector en
parte gracias a la declaratoria del PCC, la misión de expertos señalada y los
términos del acuerdo para la “prosperidad cafetera[7]” pactado por el gobierno
nacional y el sector caficultor colombiano, se sugiere entre otros puntos lo
siguiente:
“Contemplar como estrategia de competitividad
la apertura de espacios para la iniciativa privada en la producción de
servicios alrededor de la cultura cafetera que giren en torno a mercados no
masivos, si no exclusivos y con alto valor agregado para lograr una
reconversión de los pequeños caficultores habitantes del PCC hacia otras
actividades que reflejen y se apropien de su patrimonio cultural.”
Se reconoce la singularidad, la autenticidad y el interés
por vivir la experiencia del territorio del PCC mediante componentes tangibles
e intangibles en relación con los elementos simbólicos que identifican a la
comunidad habitante, lo que integra el conocimiento y autorreconocimiento de la
cultura cafetera colombiana con la sostenibilidad ambiental, el desarrollo
socioeconómico en el sector del turismo y la responsabilidad institucional y
política que la declaratoria otorgada por la UNESCO conlleva y donde el valor del patrimonio cultural se
valida al ser instrumento de desarrollo socioeconómico y de identificación, capaz
de generar riqueza especialmente en los sectores de la economía como el
turismo, la artesanía y las industrias culturales En este sentido
Arévalo señala que el patrimonio cultural
“Opera primero como marcador étnico y como factor potencial de
desarrollo social y segundo como medio de transformación económica. De manera
que el patrimonio cultural se encuentra en un dilema que fluctúa entre la
preeminencia de los valores de uso, identificación de la memoria colectiva y la
prevalencia de los valores como producto. Ahora bien, si es cierto que
determinados modelos de desarrollo, de activación y puesta en valor del
patrimonio, especialmente desde una perspectiva economicista, encierran ciertos
riesgos” (2011.P. 14)
Sin embargo, si el
patrimonio cultural es comercializado de manera participativa con aquellos que
lo han hecho posible, se contribuye a mantenerlo, a recuperarlo,
a activarlo o incluso a reformularlo. Es más, con la recuperación del
patrimonio cultural y su valoración se contribuye a concienciar y a rescatar la
memoria como respuesta de la comunidad de un territorio frente a los procesos
de homogeneización global (García, 1999)
En este orden de
ideas, la comercialización turística del patrimonio cultural a través de
participación social de las comunidades, debe recuperar la memoria colectiva y la conciencia de pertenencia a
una cultura con lo cual se
incrementa la autoestima como sociedad habitante de un territorio. Tal y como
expone la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo de la UNESCO (1997) que
indica que el patrimonio cultural no
debe convertirse en una simple mercancía al servicio del turismo, sino que debe
establecerse una relación de apoyo mutuo en donde lo “importante, en cualquier caso, no debiera
centrarse tanto en rescatar el patrimonio supuestamente auténtico, como en el
culturalmente representativo” (Arévalo, 2011.P. 16).
Para que las comunidades asocien su patrimonio cultural a la
creación de industrias culturales que amplíen ámbitos de lo social y lo
económico en el sector del turismo. Con el único propósito de que territorios como
el paisaje cultural cafetero colombiano, configure modelos de desarrollo
basados en sus valores sociales, los testimonios del pasado y las creaciones
del presente.
Mediante
estrategias que den valor al patrimonio, en este caso a
través de la memoria, para contribuir a diversificar
las fuentes de ingresos que eviten una transformación de su contexto
vivencial identitaria y cotidiana, en una escenografía diseñada para un consumo
dentro de sistemas que poco o nada pueden aportar a una verdadera
sostenibilidad del territorio como hecho cultural (García, 1999) en donde se puedan
observar las formas en las que la cultura cafetera se ha puesto y se pone en
práctica. Con el propósito de que se comprendan los procesos de consolidación
de sus tradiciones, ritos y costumbres.
De allí que la participación consciente y comprometida de la
comunidad para la toma de decisiones, de acuerdo con sus necesidades y a partir
de sus propios recursos y potencialidades, propicia cambios en los estilos y
modos de vida en correspondencia con sus tradiciones e identidad. Cambios de
orden sociocultural, en tanto que los modelos de manifestación de los valores
sociales no son naturales, sino productos de la acción humana. Es más podría
hablarse de una acción comunitaria (Macías, 2011), si ésta se ha constituido
con elementos condicionadores para otras acciones que pueden devenir en nuevos
sistemas culturales en las relaciones entre personas, entre comunidades y con
el paisaje del territorio donde se manifiesta su cultura por medio de hábitos,
prácticas y objetos.
Dentro de un proceso de reproducción permanente de sí mismos
que genera “dispositivos simbólicos para
controlar la conducta, como fuente extra-somática de información, que
suministra el vínculo entre lo que los hombres son intrínsecamente capaces de
llegar a ser y lo que realmente llegan a ser por sí mismos” (Clifford
citado por Macías, 2011. P. 6). Se presenta aquí una mezcla de lo que llamamos
memoria, pues este aspecto de la razón humana está íntimamente ligada, al
tiempo y la conciencia a través de la experiencia que juega un papel fundamental
para comprender el contexto donde se ubica una comunidad y como esta se
entiende como tal.
De manera que la memoria como la manifestación de los
valores sociales, refleja todas las manifestaciones culturales ligadas a la pertenencia
de grupos sociales desde la experiencia. Es decir, la memoria puede
conducir a procesos de apropiación social del patrimonio cultural generado por
la comunidad en su territorio vivencial cotidiano, creando y recreando la identidad de las
comunidades, lo que le confiere sentido a su pasado y significación a su
presente.
Así que si el patrimonio
es registro de la memoria, se puede abordar como fuente de autorreconocimiento
de las formas de vida vividas. Por eso en
su vertiente inmaterial posee un gran valor simbólico. Gran parte de los valores sociales se
conservan, no sólo por los recuerdos compartidos, sino también por las
manifestaciones patrimoniales. Por ello hay que considerar el patrimonio como
capital simbólico que conlleva implícitamente el valor social de la memoria. Gracias
a esta condición se puede generar cambios significativos en la forma en que la
sociedad conoce, valora y puede apropiar su patrimonio cultural, de manera que la
recuperación de una memoria colectiva conlleva nuevas formas de pensamiento y
relación social en el contexto mismo.
Entonces la memoria como
manifestación del patrimonio cultural creado a partir de valores sociales,
puede ser para el Paisaje Cultural Cafetero colombiano un nodo estratégico para
su Visibilización, comprensión, conservación y articulación a los nuevos
contextos. Así, el patrimonio está en lo que significa, no tanto en las formas que
reviste. Significa algo más allá de la idea que lo generó, los usos y funciones
para lo que se creó y el contexto en el que se originó. Idea que pone de
manifiesto que el aprecio positivo del paisaje solo se
produce dentro de un proceso que permita que toda la comunidad participe en su
determinación, valoración y apropiación.
Y una de las manifestaciones de los valores
sociales que de manera clara permite esto es la memoria manifestada en uno de
los mejores y más versátiles artefactos diseñados para la creación y
proyección del patrimonio: La fotografía.
Ya que como bien describe Susan Sontag en ella se decide qué se incluye y qué
se queda fuera de la memoria (2008).
Puesto que la imagen resultante narra una historia que
pretende trascender el tiempo en el que actúa, a veces sin pensarlo, debido a
que el fotógrafo adopta una posición, una distancia, una altura y un ángulo con
respecto al momento fortuito que decide prolongar como fenómeno irrepetible
(Sontag, 2008). La fotografía reproduce infinitamente lo que ha tenido lugar
una sola vez de manera explícita o implícita y literalmente como emanación del
referente, un certificado de presencia de algo que representa algo para
alguien, es decir, representa memoria en los aspectos más significativos dentro
de una idea de lo real, tanto para quien la tomó, como para quien la observa.
la fotografía es un artefacto narrativo de la memoria de
individuos que conforman una familia, que a su vez hace parte de una comunidad
habitante de un territorio, el cual pertenece a un contexto cultural, de allí
que una de las formas más recurrentes de dar testimonio
de la memoria identitaria culturalmente hablando, sea el documental fotográfico
que realizan en los más variados ambientes y actitudes, hombres y mujeres de
las más diversas condiciones
Este documental es el denominado álbum de familia: archivo fotográfico que sistematiza desde subjetividades la memoria
objetiva de una comunidad (Silva, 1999). Debido a que narra valores sociales
por la relación que une al referente con su huella, bien sea oralmente o en la
introspección que conlleva su contemplación. Esta característica permite crear
relatos cada vez más elaborado en donde se expurga toda imperfección y
cualquier contradicción “de la presencia de un ser
en un momento dado, en haber convertido la presencia física en
imagen-objeto-contenedor a través de la huella y la representación analógica
que permite identificar, sin ninguna duda, a la persona retratada” (Vélez, 2009. P. 190), lo cual permite
observar los imaginarios que hacen de una cultura el elemento humano que otorga
identidad y sentido de pertenencia a un lugar.
Gracias a lo cual un territorio puede ser narrado,
descrito desde sus valores sociales y por lo tanto puede ser comprendido como
paisaje cultural a medida que se valore como contenedor de significantes y
significados, bien sea desde la cotidianidad de su vivencia o desde la
institucionalidad que lo reconoce y resalta como patrimonio cultural. Se puede
concluir entonces que las fotografías dispuestas en un álbum familiar desde el
imaginario de quien lo crea, permite narrar la memoria de una comunidad desde
sus valores sociales y con ello expresar lo que se piensa y siente del paisaje
y con esto configurar una manifestación social como patrimonio cultural.
Por lo tanto, la acumulación de fotografías
que lo constituyen se convierte en un documento fidedigno de la memoria de una
comunidad respecto a lo que siente y piensa de su contexto de vida, a través de
las aproximaciones que permite la fotografía para describirlo. Por eso se
vuelve en un artefacto propicio para comprender a la sociedad que habita el
territorio y a partir de ahí crear estrategias para determinar, valorar y
apropiar el patrimonio cultural. Lo que permite concluir que para el PCC
colombiano el álbum de familia es memoria fotográfica de los valores sociales
de los habitantes, por ende fundamentados es su esencia como artefacto de orden
social, se pueden configurar proyectos que conlleven participación comunitaria
para lograr modos de desarrollo económico y construcción de cultura material de
manera sostenible e identitaria en el marco de una declaratoria a nivel mundial
por parte de una institución como la UNESCO.
El álbum de familia inicia un proceso
cultural en donde la fotografía muestra su tendencia a “convertir cualquier realidad en un artefacto museológico en potencia”
(Silva, 1999) que propone construir una característica que se hace visible en
los enunciados metodológicos de su creación, pues es tal su aceptación dentro
de los grupos sociales que tiene una recurrencia normativa cuya aplicación
pretende ser genérica. Esta tendencia muestra su potencial para exponer desde
lo íntimo, la existencia del ser humano para un público mediante un sistema
de archivo por compilación, que sólo tiene sentido si respeta el carácter
narrativo de la colección. Ya que cada fotografía significa o representa algo
para alguien. Siempre que ésta es observada, adquiere nuevos significados, en
la medida en que nuevamente es narrada por su observador.
El álbum de familia
adquiere así la función de proyectar memoria, ayuda a recordar lo olvidado,
reconstruye particularidades, y en este juego, se crea historia viva con vínculos
que permiten mantener identidades a partir de un escenario común, lo cual
fomenta un grado de cohesión social e interacción comunitaria de manera
autónoma y autóctona. Incorporando de manera integral registros de casi todos
los usos posibles de los bienes materiales e inmateriales que son considerados
patrimonio, con sus significantes y significados desde una perspectiva
incluyente y participativa. En apoyo a esta idea Silva (1999) hace explicita esta
relación del álbum de familia como patrimonio cultural que “quizá más que cualquier otra
forma de exponer fotografía, esta deviene en rito. Y si es rito, lo es, para
ritualizar todo su saber, desde la toma de la foto, su pre-visión para el álbum
o su ocasional aceptación en la colección, su inclusión en una u otra ceremonia
familiar, su colección y cuidado, hasta su observación en distintos momentos, e
incluso su transformación” (P. 37)
De esta manera el álbum de familia
manifiesta el valor social de la memoria, mediante fotografías de cierta manera
sistematizadas para narrar microrrelatos, con lo cual se consigue transmitir
saberes y principios, modos de afrontar la vida, objetos de culto y/o historias
de vida en el tiempo y en el espacio. Bajo esta consideración inicia procesos
de socialización y educación, factores
que como bien dice García Canclini (1995) permiten hablar de la gestación de
una cultura particular dentro de una sociedad contextual.
Al construir sus propios significados mediante la exposición de
su memoria en imágenes con las que se acepta como grupo humano representativo y
significativo frente a muchos aspectos (Ver ilustración 6) que exponen
circunstancias existenciales de los habitantes del territorio Un paisaje cultural declarado patrimonio de
la humanidad por ser interpretado y significado desde y para una cultura, por
lo que no puede ser reducido en términos de Gómez (2009) a aspectos meramente geográficos
o cartográficos, simplistas y abstractos. Al contrario debe ser valorado por la
condición humana innata a su
naturaleza, que es la producción de un producto que transformó la manera en que
se ha de percibir el territorio donde es producido.
Por ello, se deben
crear condiciones para que el patrimonio cultural de la caficultura colombiana
manifestado en las fotografías sistematizadas en los álbumes de familia, se comparta
mediante un proceso de resemantización de la memoria, con una pertinente
narración de contenidos para generar alternativas en el sector del turismo en su enfoque cultural,
con el fin de proyectar las potencialidades de la declaratoria en una articulación
de cuatro áreas: 1. Comunicaciones visuales y simbólicas. 2 objetos materiales.
3. Actividades y servicios organizados y 4 ambientes para vivir, educar,
trabajar y jugar (Buchanan, 1995).
De acuerdo a esta postura, se hace necesario incidir en
ámbitos más amplios que permitan comprender las consecuentes transiciones y
advertir propuestas contemporáneas de diseño que conduzcan al proceso de
transformación de los álbumes de familia hacia
superficies de comunicación del patrimonio cultural con el uso de TIC. En este orden de ideas una
lógica de diseño centrada en los habitantes del Paisaje Cultural Cafetero donde
los álbumes de familia actúan como superficies de comunicación de una
manifestación de su patrimonio cultural: la memoria, puede ser concretada en un
acto de diseño que use tecnologías de la información y la comunicación.
De tal manera que las experiencias de creación, presentación y recepción deben
ser referenciadas desde una estética de la interactividad por la cual la comunidad
puede apropiarse de la declaratoria.
3 ObJEtivo General
Diseñar una
estrategia para visibilizar los álbumes fotográficos familiares de los
habitantes del Paisaje Cultural Cafetero Colombiano como manifestación de su
patrimonio cultural inmaterial mediante la implementación de sistemas
fundamentados en las tecnologías de la información y la comunicación (TIC)
4 Objetivos específicos
·
Determinar que álbumes de familia fotográficos
como manifestación del patrimonio cultural, reflejan los valores sociales de
los habitantes del Paisaje Cafetero Colombiano.
·
Proponer un modelo de interacción entre la
manifestación de los valores sociales determinada, la comunidad habitante del
Paisaje Cultural Cafetero colombiano y la proyección de su declaratoria.
·
Proyectar escenarios de uso de la propuesta del
modelo de interacción que expongan algunos posibles significados y alcances del
Paisaje Cultural Cafetero colombiano
como producto turístico cultural para un contexto glocal
5 Definicion de actividades
La estrategia
busca construir apropiación social de la declaratoria otorgada por la UNESCO
mediante la memoria fotográfica de álbumes de familia, para configurar un
proyecto de diseño a partir de modelos de desarrollo falseables, realistas,
flexibles, abiertos y críticos donde la información, comunicación e interacción
que permiten las TIC, mitiguen la falta de apropiación social de la
declaratoria como patrimonio cultural de la humanidad dada por la UNESCO del
Paisaje Cultural Cafetero Colombiano por parte de los habitantes de su
territorio. De allí, que se considere la proyección de un sistema interactivo
como herramienta de consolidación de un modelo de desarrollo sostenible dentro
del clúster turístico cultural en una relación mutua, entre productos físicos
con contenidos informacionales y visuales.
En el mundo ha sido reconocido
el potencial del diseño para implementación de procesos y programas, que
aporten a las regiones desarrollo productivo a través del turismo. La promoción del patrimonio natural y cultural
para el beneficio de la mayoría solamente se puede cumplir dentro de un orden
en el que se integren los valores culturales, sociales y económicos, haciendo
parte de la planificación de los recursos estatales y privados de regiones y
municipios para enfrentar los retos del desarrollo turístico.” (Gómez, 2014. P.
8).
A continuación, se expone como podría llevar a cabo una estrategia
dentro del contexto actual del PCC con los recursos tecnológicos pertinentes y
la acción de los habitantes mediada por la visión retórica del diseño en tres
fases diseñadas haciendo analogía a las fases de crecimiento de la planta de café.
FASE DE FLORACION + FASE DE FRUCTIFICACION + FASE DE MADURACION
OBJETIVO
ESPECIFICO 1.
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FASE
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ACTIVIDAD
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RECURSOS
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INVERSION
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![]()
Sensibilizar a la población sobre la importancia
de sus álbumes de familia como manifestación de sus valores sociales y
patrimoniales, con el fin de lograr apropiación de la declaratoria como
patrimonio cultural de la humanidad de su paisaje vivencial y cotidiano: EL
PAISAJE CULTURAL CAFETERO
|
1.
Desarrollo de talleres de memoria:
Deben ser realizados para diferentes sectores de
la comunidad bien sea por clasificación generacional (edad), demográfica
(ubicación) o por estratificación sociocultural (nivel educativo).
OBJETIVO: Recolectar fotografías de los álbumes de familia
para definir tipos de narración de los habitantes del PCC
Pueden ser realizados por grupos inscritos en el
programa de VIGIAS DEL PAISAJE CAFETERO que tiene tres líneas de acción:
Conocimiento, identificación y valoración del
patrimonio cultural,
Comunicación, divulgación y formación del
patrimonio cultural
Conservación, protección, recuperación y
sostenibilidad del patrimonio (Ministerio de Cultura, 2014)
|
equipo
tecnico:
Un sistema de proyección de imágenes grupal
Un sistema de reproducción de sonido
Cartulinas
Marcadores
Álbumes de familia
Posibilidad de fotografías, fotocopias, escáner
equipo
humano
1 guía de la actividad
1 auxiliar de la actividad
1 registro de la actividad (Fotos, video,
planilla)
15 personas mínimo participantes
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$
30.000.000
5 TALLERES
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2.
trabajo
de campo
Recorrido por los
municipios pertenecientes al territorio declarado por la UNESCO para indagar
que tipos de álbumes de familia fotográficos están disponibles con el fin de lograr la apropiación de la declaratoria como patrimonio
de la humanidad y de esta manera evitar el rápido deterioro y destrucción de
los recursos paisajísticos, los valores sociales y los bienes patrimoniales
materiales e inmateriales
|
equipo técnico
Un
medio de transporte terrestre con capacidad de carga de equipos y tres
personas
Equipos
de fotografía
Equipos
de escaneo
Equipos
de grabación sonora para entrevistas
equipo
humano
1 guía + 2 auxiliares
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$
500.000.000
Recorrido
durante 12 meses por el paisaje cultural cafetero y al menos 48 de sus
municipios
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OBJETIVO
ESPECIFICO 2.
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![]()
Poner al alcance herramientas de búsqueda y
recuperación de información que permitan navegar y ubicar las imágenes en el
contexto en el que fueron creados, o realizar una búsqueda por categorías y
acceder a una fotografía en particular, atendiendo a los múltiples elementos
narrativos dados.
|
3.
Diseño e implementación de artefactos materiales
Que
permitan a la comunidad convertir sus registros fotográficos análogos en
registros digitales: Mediante el desarrollo de una tipología de escáneres
itinerantes que han de ser implementados en los diferentes sectores del
territorio del PCC la comunidad habitante podrá digitalizar las fotografías
de su Álbum íntimo.
Una vez las fotografías sean archivos digitales,
el sistema interactivo permitiría que la persona que la ingresa defina la o
las categorías a las cuales pueda pertenecer dentro del Álbum fotográfico
documental del PCC que se generaría mediante la interacción suscitada.
Esta fotografía comentada con información
respecto a su ubicación, realizador e historia que subyace al retrato en
términos comunes, logra narrar la memoria que despierta la imagen desde sus
creadores, los habitantes del PCC.
|
Equipo técnico
Escaner
itinerante desarrollado y puesto in situ.
Ver
Anexo 2.
equipo
humano
1 guía + 2 auxiliares
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$760.000.000
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4.
Vínculo con
canales existentes
Al
respecto, se señala que actualmente existen diversos canales por los cuales
las personas que navegan en la red pueden acceder a información sobre el PCC,
desde páginas institucionales como la http://paisajecafeterocolombiano.org.co o el blog
de personas interesadas en este territorio como patrimonio http://recorriendoelpaisajecafetero.blogspot.com.
Estos
se conectarían en red a las fotografías
digitalizadas mediante el escáner itinerante, los talleres de memoria y el trabajo de
campo.
|
Equipo técnico
Sistema
interactivo que vincule el banco de imágenes con los actuales canales de
divulgación
Equipo humano
1 guía + 1 auxiliar
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$240.000.000
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![]()
Dentro
de un marco operacional mediado por las TIC en la red, se inicia un proceso
de expansión con escalas pequeñas cuyas cualidades relacionales, logran mayor
impacto social y económico creando una gran red conformada por nodos de
interacción de cada álbum.
|
5.
Generación
de productos
exposiciones
virtuales, catálogos en línea de venta de fotografías, redes temáticas e
incluso una invitación a la sociedad en general mediante métodos
participativos adecuados al sistema de documentación de las fotografías en
cada categoría y creando diferentes órdenes de álbumes
|
Equipo técnico
Sistema
interactivo que vincule el banco de imágenes con los actuales canales de
divulgación
Equipo humano
1 guía + 3 auxiliares
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$360.000.000
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6.
Ofrecer
servicios
Cada
habitante del PCC puede entonces establecer vínculos con personas e
instituciones a nivel mundial a partir de la memoria de sus valores sociales
como un patrimonio cultural, con el fin de ofrecer servicios o conseguir
recursos directamente con el sector turístico cultural
|
|
Retribucion
de la inversion a traves de un cluster cultural turistico ofrecido por la
comunidad misma a la sociedad global
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5.1
Cronograma de ejecucion del proyecto
ACTIVIDAD
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AÑO 1
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AÑO 2
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AÑO 3
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Desarrollo de talleres de memoria:
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trabajo
de campo
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Diseño e implementación de artefactos materiales
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Vínculo con canales existentes
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Generación de productos
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Ofrecer servicios
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6
Comunidad beneficiara/ejecutora del proyecto
6.1
Descripcion de la comunidad o grupo de personas que forman parte
del proyecto.
La comunidad
beneficiaria serian la población del paisaje cafetero que se calcula para el
2015 en 650.000 personas distribuidas en todos los municipios que hacen parte
de la declaratoria.
De estas, un 60%
aproximadamente se encuentran vinculadas a la FEDERACION NACIONAL DE CAFETEROS
como organismo de orden público privado que administra y ejecuta todas las
políticas públicas que respecto a la caficultura se dan, como el proyecto que
se presenta.
De este 60%
encontramos que existen uno 1.200 líderes campesinos habitantes del PCC quienes
podían organizar sus respectivas comunidades bajo esta estrategia de
apropiación.
6.2
Otros destinatarios del proyecto
Gobierno
colombiano en cabeza del Ministerio de Cultura junto al Ministerio de Vivienda,
Ciudad y Territorio, el ministerio de Industria, Comercio y Turismo, el Departamento
Nacional de Planeación (DNP) y los gobiernos regionales representados por los
comités departamentales de cafeteros, las gobernaciones, las corporaciones
autónomas regionales, las universidades públicas y privadas interesadas, las
cámaras de comercio y cerca de 65 organizaciones sociales que giran en torno al
PCC y todos los recursos que desde su declaratoria pueden movilizarse.
7
Definición de los aspectos económicos del proyecto.
7.1
presupuesto.
El
presupuesto para un proyecto de 36 meses aproximado teniendo en cuenta la
adquisicion de equipos bajo la figura del Leasing y el pago de honorarios con
todos los parafiscales reglamentarios asciende a una invesrsion total de: $
1.980.000.000 cop. Unos 650.000 dolares americanos.
7.2
Estrategia de Gestión de Recursos Financieros.
Los
recursos financieros se gestionarian al estar dentro de las acciones que define
el Plan de manejo del PCC (Anexo 1) que a su vez se articulan a los documentos
CONPES, que en Colombia rigen las convocatorias para acceder a recursos desde
la investigacion y la ejecucion de proyectos.
Este
proyecto podria presentarse en el marco de investigaciones hechas por
Universidades desde grupos de investigacion asociados a COLCIENCIAS y gestionar
recursos desde esta entida, quien a su vez buscaria recursos de la UNESCO.
7.3
Estrategia de Comunicación del proyecto
El
proyecto se comunicaria a travez de los canales que ya existen, la idea es
hacer crecer los pequeños nodos en una red mas estructurada a partir de las
narraciones digitalizadas de los albumes de familia fotograficos, lo que ya de
por si implica que las personas se vean involucradas y con esto, comuniqen el
proyecto. Al respecto se describe un posible escenario de actuacion de este
proyecto.
Interactor génesis: Juan
Pablo. 27 años. Ficha biográfica: Futuro estudiante de postgrado en el
exterior. Habita desde sus 2 años en la capital del país, aunque nació en un
municipio del PCC, ahora va acceder a un postgrado en el exterior y desea
elaborar un anteproyecto sobre la declaratoria del PCC como patrimonio cultural
de la humanidad. Necesidades:
Experiencias on-line que le proporcionen información sobre aspectos sociales y
culturales del PCC. Escenario: Juan es un habitual navegador de la red
en busca de información sobre temas de su interés, a menudo lo hace luego de
recibir mail de sus amigos quienes le comparten muchos enlaces, blogs y videos.
Accede a un blog sobre el tema del PCC
referenciado en un artículo de periódico on-line.
Aquí se encuentra con un álbum de
familia, a partir de una publicación sobre la influencia de la arquitectura para las comunidades. Explora las entradas y
comentarios, encuentra fotografías de diferentes aspectos arquitectónicos de
pueblos, viviendas y otras construcciones alrededor del beneficio del café.
Da click sobre una de ellas, para
observar con más detalle y se da cuenta que abren enlaces donde está la
historia del porque y cuando fue tomada. Encontrando que las fotografías están
señaladas por una familia que tiene su apellido. Por curiosidad entra al perfil
de Facebook para consultar si alguien le puede confirmar si son parte de su
familia.
Una señora vía mail le envía un
hang out, le confirma que son parientes por parte del tío abuelo, Juan, que no
conoce la historia, inicia una indagación y se da cuenta de historias de muchos
miembros de su familia que aún no conoce personalmente.
Consulta páginas que invitan a
formar parte de forma activa de la reconstrucción de la memoria del PCC. Decide
buscar más información a través de su perfil de google+ con vínculos a
instituciones de historia y cultura. Se apunta como voluntario a un programa
para recolectar fotografías al respecto e inicia un proceso de recolección y
digitalización de fotografías de su álbum de familia junto a relatos contados
por sus familiares más viejos que hace tiempo viven en la capital poseen
fotografías de su época.
Inicia contacto por su blog con
familiares que empieza a conocer. Comparte esta información y envía a varios
amigos y familiares los enlaces descubiertos. Planea entonces un viaje y
encuentra que una familiar quien posee un hostal temático sobre la caficultura
le brinda todos los servicios de manera económica y lo mejor, de forma
familiar.
JUAN PABLO sin dudarlo viaja al
PCC antes de irse al exterior e inicia un proceso de apropiación de su historia
familiar como nunca antes pensó. (VER ANEXO 3)
7.4
Definición del modelo de gestión y organización del grupo de
trabajo.
El
proyecto debe establcer un grupo interdisciplinario de profesionales y
auxiliares desde las ciencias sociales y humanas hasta de las ciencias
informaticas, se propone para que trabajen en el proyecto bajo la prestacion de
servicios, con la perspectiva de la creación de un OBSERVATORIO DEL PAISAJE
CULTURAL CAFETERO de manera permanente auspiciado por la UNESCO y con el apoyo
del gobierno colombiano, la federacion de cafeteros de colombia y el ministerio
de industria, comercio y turismo. Asimismo de la rede de museos de colombia y
el centro de memoria historica.
7.5
Evaluación y resultados esperados del proyecto
RESULTADO
|
INDICADOR
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FUENTE DE
VERIFICACIÓN
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Talleres
de memoria
|
Numero de
asistentes
|
Listas de
asistencia y registro fotografico.
Cantidad
de fotografias recolectadas.
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Recoleccion
de fotografias en trabajo de campo
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Numero de
fotografias recolectadas
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Inventario
de fotografias
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Escaner
itinerante
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Escaner
funcionando in situ
|
Numero de
usuarios que acceden
Numero de
fotografias ingresadas
Escaner
en operacion
|
Red de
nodos en la web
|
Numero de
blogs personales
Numero de
WEB de PYMES
Numero de
accesos
|
Cantidad
de fotografias ingresadas
Cantidad
de servicios ofrecidos
Cantidad
de negocios concretados
|
exposiciones virtuales, catálogos en línea de venta de fotografías y redes
temáticas
|
Numero de
exposiciones
Cantidad
de Ventas
Numero de
redes tematicas
|
Registro
de visitas y memorias
Dinero
ingresado
Numero de
usuarios participantes
|
En el anexo 4 punto 9.4 de
este documento se da cuenta de una prueba piloto desarrollada con el trabajo de
campo y la aplicación de un taller de memoria.
8
Bibliografia
·
Arévalo, J.
El patrimonio como representación colectiva: la intangibilidad de los bienes
culturales. Vol. 23. Disponible en http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1668-80902012000200001&lng=es&nrm=iso.
Publicado 2. dic. 2012. Consultado ago 2013
·
Buchanan. Richard, Declaración por Diseño: Retórica, Argumento y Demostración en la
Práctica del Diseño. Disponible en www.mexicanosdisenando.org.mx.
Consultado Dic. 2013.
·
CARDER. Corporación Autónoma Regional de
Risaralda et al. (2004). Ecorregión Eje Cafetero: un territorio
de oportunidades. Pereira. Colombia
·
García C, N.
(1999) "Los usos sociales del
patrimonio cultural", en Patrimonio etnológico. Nuevas perspectivas de
estudio, Instituto
Andaluz del Patrimonio Histórico/Fundación Machado, Ed. Comares. pp. 16-33.
Granada. España
·
Ghul, A. (2008) Café y Cambio de Paisaje en Colombia 1970- 2005. Universidad de
Caldas. Manizales. Colombia
·
Gómez, A. (2010) “El paisaje como patrimonio cultural, ambiental y productivo. Análisis e
intervención para su sostenibilidad”. En revista KEPES Institucional del
programa de Diseño Visual de la Universidad de Caldas. Ene – Dic 2010. Pp.
91-105 Universidad de Caldas. Manizales. Colombia
·
Macías Reyes, R. Factores culturales y desarrollo cultural comunitario. Reflexiones
desde la práctica. Disponible en http://www.eumed.net/libros-gratis/2011c/985/indice.htm.
Publicado en 2011. Consultado julio 2014.
·
Saldarriaga, C. et al (2010). Cartilla del
Paisaje Cultural Cafetero. Ed. 2. Ed. Red alma mater. Pereira. Colombia
·
Silva, A. (1998) Álbum de familia, la imagen de nosotros
mismos. Ed. Norma: Bogotá. Colombia
·
Sontag, S. (2008). Sobre la fotografía. Ed. Alfaguara: Madrid. España
·
UNESCO (1997)
Nuestra Diversidad Creativa, Indicaciones de la Comisión Mundial de
Cultura y Desarrollo. UNESCO. México
9
Anexos
9.1
Tabla 1 Síntesis del plan de manejo del PCC
Fuente: Elaboración propia a
partir de Saldarriaga (2010.p. 25)
9.2
Propuesta para fase de fructificacion

9.3
CANAL DE comunicación EN WEB EXISTENTE



9.4
verificacion de actividades hechas

Participaron 16 personas, de estas
el 90% eran mujeres entre los 48 a los 83 años, de diferentes condiciones
educativas y socioeconómicas, el 45% era de otra parte del país pero radicada
en el municipio de Neira desde hace más de 15 años. La gran mayoría eran madres
y abuelas, solo dos de ellas manifestaron no tener descendencia, sin embargo
guardan vínculos familiares extendidos en el municipio tanto en su parte rural,
como en la urbana.
Por la manera de expresión, el
grado de interés y participación en todo el taller, se decidió dar prioridad a
los microrrelatos de cuatro mujeres (Ver ilustración 22) debido a que definen
los extremos del rango de edad, dos viven en el casco urbano y las otras en la
zona rural, dos son nativas de Neira y las otras se radicaron en él por sus
matrimonios hace más de 20 años. Hay 14 abuelas y dos bisabuelas, están en
contacto con gran parte de su descendencia diseminada por varias regiones del
país y el extranjero.

¡…El patrimonio cultural cafetero no
sirve pa´todos, pues, todos no somos cafeteros!
¡Eso del paisaje, es cosa del alcalde,
de los concejales, de los políticos… yo no sé na´deso, ni pa´q´sirve, ni
pa´ques la vaina… de pronto para mejorar carreteras o construir escuelas… si
acaso![8]

También se hizo un trabajo de campo durante tres días a municipios que
conforman el PCC para indagar que tipos de álbumes de familia fotográficos
están disponibles con el fin de lograr la apropiación de la declaratoria
como patrimonio de la humanidad y de esta manera evitar el rápido deterioro y
destrucción de los recursos paisajísticos, los valores sociales y los bienes
patrimoniales materiales e inmateriales. Los
municipios visitados fueron Aránzazu, Salamina, Pacora y Aguadas, en lo que
será un corredor turístico del Departamento de Caldas que actualmente se
denomina como Ruta norte del Paisaje Cultural Cafetero la cual se puede
apreciar en la ilustración siguiente (# 14). En las cabeceras de cada uno de
estos municipios se visitaron los lugares institucionales y se realizaron
entrevistas a personas encargadas de la divulgación del patrimonio cultural
bajo la propuesta del método de muestreo teórico y comparación constante.
[1] Es un organismo
especializado de las Naciones Unidas que tiene como objetivo contribuir a la
paz y a la seguridad en el mundo mediante la educación, la ciencia, la cultura
y las comunicaciones. Orienta a los pueblos en una gestión más eficaz del
desarrollo, a través de los recursos naturales y los valores culturales, sin
que por ello se pierdan su identidad y su diversidad cultural.
[2] Un
documento CONPES es el instrumento, por el cual el
Consejo Nacional de Política Económica y Social (CONPES) comunica,
coordina y orienta a los organismos encargados de
la dirección económica y social del Gobierno colombiano, bajo la dirección del
Departamento Nacional de Planeación que desempeña las funciones de Secretaría
Ejecutiva del CONPES Y CONPES social.
[3] El documento CONPES 3803 referido al Paisaje Cultural
Cafetero Colombiano como patrimonio de la humanidad, fue presentado por el DNP
oficialmente a la población en general el 13 de febrero del 2014 en el marco de
una visita oficial del Presidente colombiano al departamento del Quindío.
[4] Es un término que nace de la mezcla entre globalización y localización que se desarrolló en la década de 1980, el
creador del término y su difusor, es el
sociólogo norteamericano Roland Robertson refiriéndose en términos económicos
a la persona, grupo,, organización o comunidad que está dispuesta y es capaz de
pensar globalmente y actuar localmente.
[5] La Misión de
Estudios para la Competitividad de la Caficultura en Colombia dirigida por el
Dr. Juan José Echavarría fue creada en 2013 por el Presidente de la República,
Juan Manuel Santos, para “realizar un análisis profundo e integral de
diferentes aspectos del sector a nivel mundial y nacional, y a partir de ello,
diseñar un conjunto de políticas públicas y estrategias que permitan enfrentar
los problemas estructurales del sector en el ámbito de la producción,
comercialización, innovación, generación de valor agregado, gestión de riesgos,
aspectos sociales como la generación de empleo e ingresos y por último, el
marco institucional del sector cafetero. Lo anterior con el objetivo de
contribuir al desarrollo sostenible y competitivo de la caficultura colombiana
en el mediano y largo plazo” palabras
expresadas en el marco del seminario "Misión Estudios Competitividad
Caficultura en Colombia" organizado por la universidad de Rosario el 22 de
octubre del 2014. Tomado de:
http://www.urosario.edu.co/Home/Principal/Orgullo-Rosarista/Destacados/URosario-protagonista-en-la-Mision-del-Cafe
[6] Para el año
2014 la producción cafetera colombiana está concentrada en cuatro
departamentos: Huila, Antioquia, Tolima y Valle del Cauca. Lo cual muestra que
los que conforman el PCC han perdido protagonismo frente a la producción
cafetera (Revista Dinero 457, Octubre de 2014)
[7] El acuerdo por
la prosperidad cafetera 2010-2015 es la carta de navegación para la política
cafetera, en él se ratifica la caficultura como capital social estratégico,
cuya estructura productiva es irremplazable para el país, razón por la cual se
constituye en el motor fundamental para el crecimiento del sector agrícola y el
desarrollo rural en un entorno de paz y prosperidad con generación de empleo.
Tomado de
http://www.federaciondecafeteros.org/static/files/Editorial_Acuerdo_Prosperidad_Cafetera_10_15.pdf
[8] Frases pronunciadas en el transcurso
del taller.