martes, 16 de agosto de 2016

VISIBILIZACION DE LA MEMORIA FOTOGRAFICA DEL PAISAJE CULTURAL CAFETERO COLOMBIANO PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD.


Cuadro de texto:
Cuadro de texto:




trabajo final curso de posgrado en gestion y salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial


Félix Augusto Cardona Olaya


VISIBILIZACION DE LA MEMORIA FOTOGRAFICA DEL PAISAJE CULTURAL CAFETERO COLOMBIANO PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD.









Facultad de Ciencias Economicas
Universidad Nacional de Cordoba
Octubre del 2015

1     Diagnostico

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura[1] (UNESCO), tiene un programa denominado: Patrimonio de la Humanidad, administrado por un Comité compuesto por 21 Estados, elegidos por la asamblea general de Estados miembros y asesorados por distintos organismos independientes como el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y el Centro Internacional para el Estudio de la Preservación y Restauración de los Bienes Culturales (ICCROM). Su objetivo principal es catalogar, preservar y dar a conocer sitios de importancia cultural o natural excepcional para la herencia común de la humanidad, los cuales poseen cada uno un valor universal excepcional y al menos cumplen con uno de los siguientes criterios de selección (UNESCO 2004 citado por Saldarriaga et al. 2010).
I. Representar una obra maestra del genio creativo humano.
II. Testimoniar un importante intercambio de valores humanos a lo largo de un periodo de tiempo o dentro de un área cultural del mundo, en el desarrollo de la arquitectura o tecnología, artes monumentales, urbanismo o diseño paisajístico.
III. Aportar un testimonio único o al menos excepcional de una tradición cultural o de una civilización existente o ya desaparecida.
IV. Ofrecer un ejemplo eminente de un tipo de edificio, conjunto arquitectónico, tecnológico o paisaje, que ilustre una etapa significativa de la historia humana.
V. Ser un ejemplo eminente de una tradición de asentamiento humano, utilización del mar o de la tierra, que sea representativa de una cultura (o culturas), o de la interacción humana con el medio ambiente especialmente cuando éste se vuelva vulnerable frente al impacto de cambios irreversibles.
VI. Estar directa o tangiblemente asociado con eventos o tradiciones vivas, con ideas o con creencias, con trabajos artísticos y literarios de destacada significación universal. (El comité considera que este criterio debe estar preferentemente acompañado de otros criterios.)
VII. Contener fenómenos naturales superlativos o áreas de excepcional belleza natural e importancia estética.
VIII. Ser uno de los ejemplos representativos de importantes etapas de la historia de la tierra, incluyendo testimonios de la vida, procesos geológicos creadores de formas geológicas o características geomórficas o fisiográficas significativas.
IX. Ser uno de los ejemplos eminentes de procesos ecológicos y biológicos en el curso de la evolución de los ecosistemas.
X. Contener los hábitats naturales más representativos y más importantes para la conservación de la biodiversidad, incluyendo aquellos que contienen especies amenazadas de destacado valor universal desde el punto de vista de la ciencia y el conservacionismo.
Al cumplir con al menos con uno de estos criterios la UNESCO en Latinoamérica y el Caribe ha declarado como paisajes culturales cinco territorios (Ver lista abajo) en reconocimiento a la voluntad por conservar un legado a las futuras generaciones y buscar proyectar de manera experiencial el recorrido histórico/cultural/económico acontecido en sus naciones, estos son:
§  Paisaje del Valle de Viñales en Pinar del Rio de Cuba
§  Paisaje arqueológico de los primeros cafetales en el sureste de Cuba
§  Paisaje de la quebrada de Humahuaca en el sur de Argentina
§  Paisaje Agavero y las antiguas instalaciones industriales de Tequila en Jalisco de México.
§  Paisaje Cultural Cafetero en la región centro occidente de Colombia
Estas declaratorias han hecho que desde diversas instituciones de carácter público y privado, se desarrollen proyectos que incentiven su preservación, proyección y sostenibilidad como patrimonio de la humanidad. Convirtiendo a cada uno de estos territorios en factores de creación de identidad cultural y proyección de los valores sociales de las comunidades que los habitan, por lo que son una posibilidad de desarrollo económico al crear alternativas de ingresos en los sectores del turismo, la artesanía y la cultura.
El Estado colombiano, mediante la Ley 45 de 1983, entró a formar parte de la “Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural” de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), aprobada por la Conferencia General en su decimoséptima reunión en París, el 16 de noviembre de 1972. La solicitud de inscripción del PCC en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO se enmarca en los compromisos del Estado colombiano para el reconocimiento, divulgación y protección de los sitios que merecen ser catalogados como patrimonio de la humanidad.
En este sentido, cabe destacar que en el ámbito mundial existen importantes zonas productoras de café que si bien cuentan con unos rasgos distintivos y una belleza propia, se diferencian del Paisaje Cultural Cafetero en términos tan distintivos como el carácter familiar, la intensidad en mano de obra, la calidad del producto, el impacto en la economía regional, el capital social y/o la institucionalidad desarrollada alrededor de la actividad productiva.
La UNESCO declaró al Paisaje Cultural Cafetero (PCC) en el año 2011 como Patrimonio Cultural de la Humanidad por cumplir con los criterios III y V de la lista anteriormente expuesta, gracias a que sus habitantes se han autodeterminado como pueblo cafetero con identidad propia, cuyos conceptos de desarrollo, identificación de necesidades y prioridades para relacionarse con la sociedad y el medio ambiente (Saldarriaga y otros, 2010) trascienden del ámbito nacional hacia un reconocimiento mundial y es una de las expresiones de colombianidad más reconocidas que se debe procurar conservar cultural y paisajísticamente.
Este paisaje es un territorio colombiano (Ver ilustración 1) conformado por 47 municipios de los Departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío y Valle del Cauca dentro de 350.000 hectáreas en las que vive una población estimada de 600.000 personas en 25.000 fincas cafeteras ubicadas entre los 1.200 y 1.800 msnm con laderas de inclinación promedio mayor al 25%. En un clima de bosque tropical andino con altas variaciones de clima entre el día y la noche entre los 3°C a 24°C.
Igualmente esta región presenta un elevado número de hábitats de interés estratégico para la conservación de la diversidad biológica, tanto así que es una de las 34 regiones prioritarias para la conservación de la vida en la tierra, de acuerdo con la ONG Conservación Internacional, ya que contiene cerca del 6,3% de las aves del mundo con 837 especies de aves registradas en la literatura técnica, cerca del 45% de las especies de aves del país; 94 especies de ranas registradas, de un potencial de 268 especies; 25 especies de mamíferos no voladores, de un total potencial de 296, y 21 especies registradas de murciélagos, de las 175 especies presentes en el país (CARDER, 2004).
Otro aspecto del PCC está dado por sus condiciones de localización, relieve, clima y suelos que permiten en promedio 120 m.m. de lluvia y casi 5,5 horas de sol diariamente, por lo cual cada planta de café adquiere características de cuerpo, sabor, aroma y acidez únicas que permiten catalogar al café colombiano como el mejor café suave lavado del mundo.
Ilustración 1 Ubicación del PCC en territorio colombiano
Fuente: Elaboración propia, 2013
Adicional a todas estas condiciones, se establece en la región un modelo económico fundamentado en la propiedad sobre pequeñas parcelas con uso permanente e intensivo, sin mayores requerimientos técnicos y sin sacrificar el cultivo de productos para la subsistencia, lo que generó óptimas condiciones para un crecimiento socio económico estable que permitió afianzar valores sociales y culturales que consolidaron a esta parte del país, como una zona próspera con respecto al nivel de desarrollo nacional configurando uno de los fenómenos de mayor repercusión en la economía y cultura colombianas del siglo XX: la caficultura.
Fenómeno en donde el café es el núcleo de la expansión social y económica porque creó mediante el beneficio y el comercio del grano, una red de consumidores que sustentó la constitución de una red de transporte, lo que naturalmente comportaba enormes efectos sobre la ampliación y diversificación del mercado, que modificó sustancialmente el montañoso paisaje de la región, mediante el trazo de caminos y vías de comunicación.
De manera que nacen manifestaciones culturales como el menaje para el viaje, para el transporte del café que salía y las mercancías que entraban, la arriería, las mulas, luego el cable aéreo y el ferrocarril, después las vías que dan paso a carros y camiones llenaron el paisaje y la vida de la zona imprimiendo en ella una serie de cualidades que identifican el territorio de una manera especial y única.
En este sentido, es conveniente señalar que el tamaño promedio de las fincas cafeteras es de 4,6 hectáreas, de las cuales 2,6 se encuentran cultivadas con café (CARDER, 2004). Esta estructura de tenencia se denomina división parcelaria menuda y da cuenta de una significativa democratización de la propiedad rural cuyo sistema de producción de pequeña escala se caracteriza por el empleo de mano de obra familiar, que en los momentos más importantes de la cosecha se complementa con la contratación temporal de mano de obra. Generalmente estos predios están habitados por sus propietarios, quienes permanentemente trabajan y monitorean todos los aspectos relacionados con la producción de su café y de los otros productos que complementan sus ingresos.
Esta circunstancia permitió una inusual unión de campesinos minifundistas con comerciantes latifundistas dentro del contexto colombiano y latinoamericano. De esta circunstancia surge la organización gremial del sector, un modelo de organización que ha irrigado sus beneficios al país y a su economía:
La Federación Nacional de Cafeteros, creada en 1927, la cual estableció estrategias desde la comunidad misma para resolver dilemas colectivos tales como la creación de externalidades positivas, la provisión de bienes públicos y el enfrentamiento a los problemas de información, costos de transacción y otras imperfecciones del mercado (Ghul, 2008). De esta forma se logró mejorar la rentabilidad de largo plazo del café y se generaron importantes efectos distributivos entre los habitantes de la región. Con todo ello se consiguió el acceso a mercados a través del desarrollo de un sistema de comercialización, almacenamiento, asistencia técnica, investigación y desarrollo tecnológico, promoción y soporte institucional.
Adicional a esto y como fenómeno complementario a esta tenencia de tierras en lo rural, el modelo urbano construido en las cabeceras municipales como nodos de intercambio del comercio y la cultura de la población se fundamentó en la Cuadrícula, modelo urbano heredado de la cultura española, en el cual se ubican todos los elementos en retículas ortogonales en cuyo centro se edifican los proyectos arquitectónicos del poder económico, social y religioso, configurando estructuras de damero en ladera que dan unas perspectivas únicas sobre el territorio (Ver ilustración 2).
De esta manera el proceso histórico, la forma de propiedad y las instituciones cafeteras se han convertido en marcadores de identidad que hizo surgir en la comunidad un espíritu cívico que ha hecho posible una unidad cultural, geográfica, económica y paisajística que articula valores excepcionales de integridad y autenticidad relacionados íntimamente con su entorno natural y el cultivo del café (Ghul, 2008). La caficultura colombiana asume valores ancestrales siempre ligados al trabajo cotidiano. Forjando un sentido de lugar, cohesión social y belleza escénica diferente por la variedad y originalidad de sus manifestaciones en los órdenes oral, dancístico, musical, gastronómico, literario, arquitectónico y costumbrista.
En este sentido, el Gobierno colombiano en cabeza del Ministerio de Cultura junto al Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio, el ministerio de Industria, Comercio y Turismo, el Departamento Nacional de Planeación (DNP) y el apoyo de los gobiernos regionales representados por los comités departamentales de cafeteros, las gobernaciones, las corporaciones autónomas regionales, las universidades públicas y privadas interesadas, las cámaras de comercio y algunas organizaciones sociales han definido una política pública expuesta en un documento CONPES[2].
Mediante el cual la declaratoria del paisaje cafetero colombiano como patrimonio cultural de la humanidad por parte de la UNESCO, debe generar condiciones idóneas de desarrollo social, económico y cultural en sus habitantes, acompañadas con el cumplimiento de los requisitos de sostenibilidad ambiental y social exigidos puesto que este territorio como lo señala Saldarriaga (2010. P.5):
debe entenderse como el testimonio del modo de vida de los habitantes en torno a la producción cafetera que ha desarrollado una cultura rica en paisaje, patrimonio cultural, tradiciones y manifestaciones que se transmiten de generación en generación. Su dimensión, intensidad y apropiación no tienen parangón en el mundo”
De allí que para hacer operativa la política pública reflejada en las disposiciones del CONPES que para el caso específico es el 3803[3] deben configurarse proyectos donde la apreciación, valoración y apropiación se enmarquen en una perspectiva glocal[4], por esto las entidades anteriormente mencionadas crearon una estrategia que han de mantener y mejorar las condiciones de conservación y desarrollo, actuales y futuras reflejada en el documento denominado Plan de Manejo del Paisaje Cultural Cafetero (PMPCC).
El PMPCC se diseñó en función de los principales valores, factores de afectación, objetivos y estrategias (Ver tabla 1) que direccionan la protección, planeación, gestión, apropiación y conservación, de manera sostenible y en armonía con las actividades económicas y culturales de la población de este territorio colombiano. En virtud de ello, los proyectos que se enmarcan dentro de la caficultura colombiana representada ahora en un paisaje patrimonio cultural de la humanidad, deben configurarse como modelos de desarrollo sostenible que conserven antes que nada los valores sociales y comunitarios de su población en una escala glocal, para lograr sentido de pertenencia y apropiación en los habitantes que impulse de manera adecuada el desarrollo de la declaratoria del PCC
De manera que los habitantes de este territorio integren en sus contextos cotidianos la declaratoria como elemento que les permita afianzarse como comunidad reconocida, nominada y apropiada de sus características únicas, pero con proyección sostenible en términos de su desarrollo económico y social, pues como bien se señala en apartes del documento de la Comisión de Ajuste de la Institucionalidad Cafetera (2002. P.12) “El café en Colombia, más que un producto agrícola de exportación, es ante todo un tejido social, cultural, institucional y político que ha servido de base para la estabilidad democrática y la integración nacional”.

2     Fundamentacion

Guardando una prospectiva racional frente al estado actual del Paisaje Cultural Cafetero, el gobierno nacional y la Federación Nacional de Cafeteros en el año 2013 conformaron una misión de expertos[5], conformada debido a la crisis que el sector sufrió desde 2010 y en la que se evidencio los cambios drásticos sufridos durante los últimos diez años en su capacidad productiva y comercial. Estos cambios han hecho que el sector cafetero, otrora base de la economía nacional colombiana, entre en un proceso de reconversión tanto en sus estrategias de desarrollo, como en la zonificación de su territorio, razón por la cual se constituyó el documento CONPES 3763: Estrategia para la competitividad de la caficultura colombiana, en el cual se aprecia como Colombia ha perdido peso como productor mundial de café, pasando del 9,21% en el año 2000 al 5,55% en el año 2014, una caída del 40%. Asimismo, la producción en sacos de café ha presentado una tendencia a la baja durante las últimas dos décadas. En el año 2012 se produjeron 7,74 millones de sacos, 632 mil sacos menos que la tendencia de largo plazo, es decir un 7% por debajo de ésta y 39% menor que la producción registrada en 2007.
Igualmente existe un cambio radical en la composición regional del área sembrada en café en Colombia, que es muy significativa para el territorio que ha sido declarado Patrimonio cultural de la humanidad, puesto de los 23 departamentos cafeteros[6] solo 4 son parte de esta declaratoria. Y en estos 4 departamentos han disminuido sustancialmente las áreas sembradas de café en casi un 25% mientras en los departamentos de Cauca, Huila y Nariño se han sembrado 79.000 nuevas hectáreas cerca de un 40% de total de sembrado 
Datos que evidencian que el sector cafetero colombiano dentro del territorio del PCC debe cambiar su estrategia económica sustentada en la producción y comercialización del grano, hacia otras actividades como el turismo y otros servicios alrededor de la cultura cafetera.  Lo anterior sugiere que deben acometerse proyectos, para que construyan competitividad a partir de la cultura del café, y no únicamente en la producción del mismo. Solo así se garantizará que la declaratoria del Paisaje Cultural Cafetero Colombiano sea un sector generador de progreso y eje en la construcción de nación manteniendo las características que han hecho del PCC patrimonio cultural de la humanidad que no debe perder la caficultura como algo significativo de su cultura e identidad.
Al respecto en el año 2011 tras superar una de las peores crisis del sector en parte gracias a la declaratoria del PCC, la misión de expertos señalada y los términos del acuerdo para la “prosperidad cafetera[7]” pactado por el gobierno nacional y el sector caficultor colombiano, se sugiere entre otros puntos lo siguiente:
Contemplar como estrategia de competitividad la apertura de espacios para la iniciativa privada en la producción de servicios alrededor de la cultura cafetera que giren en torno a mercados no masivos, si no exclusivos y con alto valor agregado para lograr una reconversión de los pequeños caficultores habitantes del PCC hacia otras actividades que reflejen y se apropien de su patrimonio cultural.”
Se reconoce la singularidad, la autenticidad y el interés por vivir la experiencia del territorio del PCC mediante componentes tangibles e intangibles en relación con los elementos simbólicos que identifican a la comunidad habitante, lo que integra el conocimiento y autorreconocimiento de la cultura cafetera colombiana con la sostenibilidad ambiental, el desarrollo socioeconómico en el sector del turismo y la responsabilidad institucional y política que la declaratoria otorgada por la UNESCO conlleva y donde el valor del patrimonio cultural se valida al ser instrumento de desarrollo socioeconómico y de identificación, capaz de generar riqueza especialmente en los sectores de la economía como el turismo, la artesanía y las industrias culturales En este sentido Arévalo señala que el patrimonio cultural
“Opera primero como marcador étnico y como factor potencial de desarrollo social y segundo como medio de transformación económica. De manera que el patrimonio cultural se encuentra en un dilema que fluctúa entre la preeminencia de los valores de uso, identificación de la memoria colectiva y la prevalencia de los valores como producto. Ahora bien, si es cierto que determinados modelos de desarrollo, de activación y puesta en valor del patrimonio, especialmente desde una perspectiva economicista, encierran ciertos riesgos” (2011.P. 14)
Sin embargo, si el patrimonio cultural es comercializado de manera participativa con aquellos que lo han hecho posible, se contribuye a mantenerlo, a recuperarlo, a activarlo o incluso a reformularlo. Es más, con la recuperación del patrimonio cultural y su valoración se contribuye a concienciar y a rescatar la memoria como respuesta de la comunidad de un territorio frente a los procesos de homogeneización global (García, 1999)
En este orden de ideas, la comercialización turística del patrimonio cultural a través de participación social de las comunidades, debe recuperar la memoria colectiva y la conciencia de pertenencia a una cultura con lo cual se incrementa la autoestima como sociedad habitante de un territorio. Tal y como expone la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo de la UNESCO (1997) que indica que el patrimonio cultural no debe convertirse en una simple mercancía al servicio del turismo, sino que debe establecerse una relación de apoyo mutuo en donde lo “importante, en cualquier caso, no debiera centrarse tanto en rescatar el patrimonio supuestamente auténtico, como en el culturalmente representativo” (Arévalo, 2011.P. 16).
Para que las comunidades asocien su patrimonio cultural a la creación de industrias culturales que amplíen ámbitos de lo social y lo económico en el sector del turismo. Con el único propósito de que territorios como el paisaje cultural cafetero colombiano, configure modelos de desarrollo basados en sus valores sociales, los testimonios del pasado y las creaciones del presente.
Mediante estrategias que den valor al patrimonio, en este caso a través de la memoria, para contribuir a diversificar las fuentes de ingresos que eviten una transformación de su contexto vivencial identitaria y cotidiana, en una escenografía diseñada para un consumo dentro de sistemas que poco o nada pueden aportar a una verdadera sostenibilidad del territorio como hecho cultural (García, 1999) en donde se puedan observar las formas en las que la cultura cafetera se ha puesto y se pone en práctica. Con el propósito de que se comprendan los procesos de consolidación de sus tradiciones, ritos y costumbres.
De allí que la participación consciente y comprometida de la comunidad para la toma de decisiones, de acuerdo con sus necesidades y a partir de sus propios recursos y potencialidades, propicia cambios en los estilos y modos de vida en correspondencia con sus tradiciones e identidad. Cambios de orden sociocultural, en tanto que los modelos de manifestación de los valores sociales no son naturales, sino productos de la acción humana. Es más podría hablarse de una acción comunitaria (Macías, 2011), si ésta se ha constituido con elementos condicionadores para otras acciones que pueden devenir en nuevos sistemas culturales en las relaciones entre personas, entre comunidades y con el paisaje del territorio donde se manifiesta su cultura por medio de hábitos, prácticas y objetos.
Dentro de un proceso de reproducción permanente de sí mismos que genera “dispositivos simbólicos para controlar la conducta, como fuente extra-somática de información, que suministra el vínculo entre lo que los hombres son intrínsecamente capaces de llegar a ser y lo que realmente llegan a ser por sí mismos” (Clifford citado por Macías, 2011. P. 6). Se presenta aquí una mezcla de lo que llamamos memoria, pues este aspecto de la razón humana está íntimamente ligada, al tiempo y la conciencia a través de la experiencia que juega un papel fundamental para comprender el contexto donde se ubica una comunidad y como esta se entiende como tal.
De manera que la memoria como la manifestación de los valores sociales, refleja todas las manifestaciones culturales ligadas a la pertenencia de grupos sociales desde la experiencia. Es decir, la memoria puede conducir a procesos de apropiación social del patrimonio cultural generado por la comunidad en su territorio vivencial cotidiano, creando y recreando la identidad de las comunidades, lo que le confiere sentido a su pasado y significación a su presente.
Así que si el patrimonio es registro de la memoria, se puede abordar como fuente de autorreconocimiento de las formas de vida vividas. Por eso en su vertiente inmaterial posee un gran valor simbólico. Gran parte de los valores sociales se conservan, no sólo por los recuerdos compartidos, sino también por las manifestaciones patrimoniales. Por ello hay que considerar el patrimonio como capital simbólico que conlleva implícitamente el valor social de la memoria. Gracias a esta condición se puede generar cambios significativos en la forma en que la sociedad conoce, valora y puede apropiar su patrimonio cultural, de manera que la recuperación de una memoria colectiva conlleva nuevas formas de pensamiento y relación social en el contexto mismo.
Entonces la memoria como manifestación del patrimonio cultural creado a partir de valores sociales, puede ser para el Paisaje Cultural Cafetero colombiano un nodo estratégico para su Visibilización, comprensión, conservación y articulación a los nuevos contextos. Así, el patrimonio está en lo que significa, no tanto en las formas que reviste. Significa algo más allá de la idea que lo generó, los usos y funciones para lo que se creó y el contexto en el que se originó. Idea que pone de manifiesto que el aprecio positivo del paisaje solo se produce dentro de un proceso que permita que toda la comunidad participe en su determinación, valoración y apropiación.
Y una de las manifestaciones de los valores sociales que de manera clara permite esto es la memoria manifestada en uno de los mejores y más versátiles artefactos diseñados para la creación y proyección del patrimonio: La fotografía. Ya que como bien describe Susan Sontag en ella se decide qué se incluye y qué se queda fuera de la memoria (2008).
Puesto que la imagen resultante narra una historia que pretende trascender el tiempo en el que actúa, a veces sin pensarlo, debido a que el fotógrafo adopta una posición, una distancia, una altura y un ángulo con respecto al momento fortuito que decide prolongar como fenómeno irrepetible (Sontag, 2008). La fotografía reproduce infinitamente lo que ha tenido lugar una sola vez de manera explícita o implícita y literalmente como emanación del referente, un certificado de presencia de algo que representa algo para alguien, es decir, representa memoria en los aspectos más significativos dentro de una idea de lo real, tanto para quien la tomó, como para quien la observa.
la fotografía es un artefacto narrativo de la memoria de individuos que conforman una familia, que a su vez hace parte de una comunidad habitante de un territorio, el cual pertenece a un contexto cultural, de allí que una de las formas más recurrentes de dar testimonio de la memoria identitaria culturalmente hablando, sea el documental fotográfico que realizan en los más variados ambientes y actitudes, hombres y mujeres de las más diversas condiciones

Este documental es el denominado álbum de familia: archivo fotográfico que sistematiza desde subjetividades la memoria objetiva de una comunidad (Silva, 1999). Debido a que narra valores sociales por la relación que une al referente con su huella, bien sea oralmente o en la introspección que conlleva su contemplación. Esta característica permite crear relatos cada vez más elaborado en donde se expurga toda imperfección y cualquier contradicción “de la presencia de un ser en un momento dado, en haber convertido la presencia física en imagen-objeto-contenedor a través de la huella y la representación analógica que permite identificar, sin ninguna duda, a la persona retratada” (Vélez, 2009. P. 190), lo cual permite observar los imaginarios que hacen de una cultura el elemento humano que otorga identidad y sentido de pertenencia a un lugar.
Gracias a lo cual un territorio puede ser narrado, descrito desde sus valores sociales y por lo tanto puede ser comprendido como paisaje cultural a medida que se valore como contenedor de significantes y significados, bien sea desde la cotidianidad de su vivencia o desde la institucionalidad que lo reconoce y resalta como patrimonio cultural. Se puede concluir entonces que las fotografías dispuestas en un álbum familiar desde el imaginario de quien lo crea, permite narrar la memoria de una comunidad desde sus valores sociales y con ello expresar lo que se piensa y siente del paisaje y con esto configurar una manifestación social como patrimonio cultural.
Por lo tanto, la acumulación de fotografías que lo constituyen se convierte en un documento fidedigno de la memoria de una comunidad respecto a lo que siente y piensa de su contexto de vida, a través de las aproximaciones que permite la fotografía para describirlo. Por eso se vuelve en un artefacto propicio para comprender a la sociedad que habita el territorio y a partir de ahí crear estrategias para determinar, valorar y apropiar el patrimonio cultural. Lo que permite concluir que para el PCC colombiano el álbum de familia es memoria fotográfica de los valores sociales de los habitantes, por ende fundamentados es su esencia como artefacto de orden social, se pueden configurar proyectos que conlleven participación comunitaria para lograr modos de desarrollo económico y construcción de cultura material de manera sostenible e identitaria en el marco de una declaratoria a nivel mundial por parte de una institución como la UNESCO.
El álbum de familia inicia un proceso cultural en donde la fotografía muestra su tendencia a “convertir cualquier realidad en un artefacto museológico en potencia” (Silva, 1999) que propone construir una característica que se hace visible en los enunciados metodológicos de su creación, pues es tal su aceptación dentro de los grupos sociales que tiene una recurrencia normativa cuya aplicación pretende ser genérica. Esta tendencia muestra su potencial para exponer desde lo íntimo, la existencia del ser humano para un público mediante un sistema de archivo por compilación, que sólo tiene sentido si respeta el carácter narrativo de la colección. Ya que cada fotografía significa o representa algo para alguien. Siempre que ésta es observada, adquiere nuevos significados, en la medida en que nuevamente es narrada por su observador.
El álbum de familia adquiere así la función de proyectar memoria, ayuda a recordar lo olvidado, reconstruye particularidades, y en este juego, se crea historia viva con vínculos que permiten mantener identidades a partir de un escenario común, lo cual fomenta un grado de cohesión social e interacción comunitaria de manera autónoma y autóctona. Incorporando de manera integral registros de casi todos los usos posibles de los bienes materiales e inmateriales que son considerados patrimonio, con sus significantes y significados desde una perspectiva incluyente y participativa. En apoyo a esta idea Silva (1999) hace explicita esta relación del álbum de familia como patrimonio cultural que quizá más que cualquier otra forma de exponer fotografía, esta deviene en rito. Y si es rito, lo es, para ritualizar todo su saber, desde la toma de la foto, su pre-visión para el álbum o su ocasional aceptación en la colección, su inclusión en una u otra ceremonia familiar, su colección y cuidado, hasta su observación en distintos momentos, e incluso su transformación (P. 37)
De esta manera el álbum de familia manifiesta el valor social de la memoria, mediante fotografías de cierta manera sistematizadas para narrar microrrelatos, con lo cual se consigue transmitir saberes y principios, modos de afrontar la vida, objetos de culto y/o historias de vida en el tiempo y en el espacio. Bajo esta consideración inicia procesos de  socialización y educación, factores que como bien dice García Canclini (1995) permiten hablar de la gestación de una cultura particular dentro de una sociedad contextual.
Al construir sus propios significados mediante la exposición de su memoria en imágenes con las que se acepta como grupo humano representativo y significativo frente a muchos aspectos (Ver ilustración 6) que exponen circunstancias existenciales de los habitantes del territorio Un paisaje cultural declarado patrimonio de la humanidad por ser interpretado y significado desde y para una cultura, por lo que no puede ser reducido en términos de Gómez (2009) a aspectos meramente geográficos o cartográficos, simplistas y abstractos. Al contrario debe ser valorado por la condición humana innata a su naturaleza, que es la producción de un producto que transformó la manera en que se ha de percibir el territorio donde es producido.
Por ello, se deben crear condiciones para que el patrimonio cultural de la caficultura colombiana manifestado en las fotografías sistematizadas en los álbumes de familia, se comparta mediante un proceso de resemantización de la memoria, con una pertinente narración de contenidos para generar alternativas en el sector del turismo en su enfoque cultural, con el fin de proyectar las potencialidades de la declaratoria en una articulación de cuatro áreas: 1. Comunicaciones visuales y simbólicas. 2 objetos materiales. 3. Actividades y servicios organizados y 4 ambientes para vivir, educar, trabajar y jugar (Buchanan, 1995).
De acuerdo a esta postura, se hace necesario incidir en ámbitos más amplios que permitan comprender las consecuentes transiciones y advertir propuestas contemporáneas de diseño que conduzcan al proceso de transformación de los álbumes de familia hacia superficies de comunicación del patrimonio cultural con el uso de TIC. En este orden de ideas una lógica de diseño centrada en los habitantes del Paisaje Cultural Cafetero donde los álbumes de familia actúan como superficies de comunicación de una manifestación de su patrimonio cultural: la memoria, puede ser concretada en un acto de diseño que use tecnologías de la información y la comunicación. De tal manera que las experiencias de creación, presentación y recepción deben ser referenciadas desde una estética de la interactividad por la cual la comunidad puede apropiarse de la declaratoria.

3     ObJEtivo General

Diseñar una estrategia para visibilizar los álbumes fotográficos familiares de los habitantes del Paisaje Cultural Cafetero Colombiano como manifestación de su patrimonio cultural inmaterial mediante la implementación de sistemas fundamentados en las tecnologías de la información y la comunicación (TIC)

4     Objetivos específicos

·         Determinar que álbumes de familia fotográficos como manifestación del patrimonio cultural, reflejan los valores sociales de los habitantes del Paisaje Cafetero Colombiano.

·         Proponer un modelo de interacción entre la manifestación de los valores sociales determinada, la comunidad habitante del Paisaje Cultural Cafetero colombiano y la proyección de su declaratoria.

·         Proyectar escenarios de uso de la propuesta del modelo de interacción que expongan algunos posibles significados y alcances del Paisaje Cultural Cafetero colombiano como producto turístico cultural para un contexto glocal

5     Definicion de actividades

La estrategia busca construir apropiación social de la declaratoria otorgada por la UNESCO mediante la memoria fotográfica de álbumes de familia, para configurar un proyecto de diseño a partir de modelos de desarrollo falseables, realistas, flexibles, abiertos y críticos donde la información, comunicación e interacción que permiten las TIC, mitiguen la falta de apropiación social de la declaratoria como patrimonio cultural de la humanidad dada por la UNESCO del Paisaje Cultural Cafetero Colombiano por parte de los habitantes de su territorio. De allí, que se considere la proyección de un sistema interactivo como herramienta de consolidación de un modelo de desarrollo sostenible dentro del clúster turístico cultural en una relación mutua, entre productos físicos con contenidos informacionales y visuales.
En el mundo ha sido reconocido el potencial del diseño para implementación de procesos y programas, que aporten a las regiones desarrollo productivo a través del turismo. La  promoción del patrimonio natural y cultural para el beneficio de la mayoría solamente se puede cumplir dentro de un orden en el que se integren los valores culturales, sociales y económicos, haciendo parte de la planificación de los recursos estatales y privados de regiones y municipios para enfrentar los retos del desarrollo turístico.” (Gómez, 2014. P. 8).
A continuación, se expone como podría llevar a cabo una estrategia dentro del contexto actual del PCC con los recursos tecnológicos pertinentes y la acción de los habitantes mediada por la visión retórica del diseño en tres fases diseñadas haciendo analogía a las fases de crecimiento de la planta de café.
FASE DE FLORACION + FASE DE FRUCTIFICACION + FASE DE MADURACION
OBJETIVO ESPECIFICO 1.
FASE
ACTIVIDAD
RECURSOS
INVERSION
FLORACION
Sensibilizar a la población sobre la importancia de sus álbumes de familia como manifestación de sus valores sociales y patrimoniales, con el fin de lograr apropiación de la declaratoria como patrimonio cultural de la humanidad de su paisaje vivencial y cotidiano: EL PAISAJE CULTURAL CAFETERO



1.        Desarrollo de talleres de memoria:
Deben ser realizados para diferentes sectores de la comunidad bien sea por clasificación generacional (edad), demográfica (ubicación) o por estratificación sociocultural (nivel educativo).
OBJETIVO: Recolectar fotografías de los álbumes de familia para definir tipos de narración de los habitantes del PCC
Pueden ser realizados por grupos inscritos en el programa de VIGIAS DEL PAISAJE CAFETERO que tiene tres líneas de acción:
Conocimiento, identificación y valoración del patrimonio cultural,
Comunicación, divulgación y formación del patrimonio cultural
Conservación, protección, recuperación y sostenibilidad del patrimonio (Ministerio de Cultura, 2014)
equipo tecnico:
Un sistema de proyección de imágenes grupal
Un sistema de reproducción de sonido
Cartulinas
Marcadores
Álbumes de familia
Posibilidad de fotografías, fotocopias, escáner
equipo humano
1 guía de la actividad
1 auxiliar de la actividad
1 registro de la actividad (Fotos, video, planilla)
15 personas mínimo participantes
$ 30.000.000
5 TALLERES
2.        trabajo de campo

Recorrido por los municipios pertenecientes al territorio declarado por la UNESCO para indagar que tipos de álbumes de familia fotográficos están disponibles con el fin de lograr la apropiación de la declaratoria como patrimonio de la humanidad y de esta manera evitar el rápido deterioro y destrucción de los recursos paisajísticos, los valores sociales y los bienes patrimoniales materiales e inmateriales
equipo técnico
Un medio de transporte terrestre con capacidad de carga de equipos y tres personas
Equipos de fotografía
Equipos de escaneo
Equipos de grabación sonora para entrevistas
equipo humano
1 guía + 2 auxiliares
$ 500.000.000
Recorrido durante 12 meses por el paisaje cultural cafetero y al menos 48 de sus municipios
OBJETIVO ESPECIFICO 2.
FRUCTIFICACION
Poner al alcance herramientas de búsqueda y recuperación de información que permitan navegar y ubicar las imágenes en el contexto en el que fueron creados, o realizar una búsqueda por categorías y acceder a una fotografía en particular, atendiendo a los múltiples elementos narrativos dados.
3.        Diseño e implementación de artefactos materiales
Que permitan a la comunidad convertir sus registros fotográficos análogos en registros digitales: Mediante el desarrollo de una tipología de escáneres itinerantes que han de ser implementados en los diferentes sectores del territorio del PCC la comunidad habitante podrá digitalizar las fotografías de su Álbum íntimo.
Una vez las fotografías sean archivos digitales, el sistema interactivo permitiría que la persona que la ingresa defina la o las categorías a las cuales pueda pertenecer dentro del Álbum fotográfico documental del PCC que se generaría mediante la interacción suscitada.
Esta fotografía comentada con información respecto a su ubicación, realizador e historia que subyace al retrato en términos comunes, logra narrar la memoria que despierta la imagen desde sus creadores, los habitantes del PCC.
Equipo técnico
Escaner itinerante desarrollado y puesto in situ.
Ver Anexo 2.
equipo humano
1 guía + 2 auxiliares
$760.000.000
4.        Vínculo con canales existentes
Al respecto, se señala que actualmente existen diversos canales por los cuales las personas que navegan en la red pueden acceder a información sobre el PCC, desde páginas institucionales como la http://paisajecafeterocolombiano.org.co o el blog de personas interesadas en este territorio como patrimonio http://recorriendoelpaisajecafetero.blogspot.com.
Estos  se conectarían en red a las fotografías digitalizadas mediante el escáner itinerante,  los talleres de memoria y el trabajo de campo.
Equipo técnico
Sistema interactivo que vincule el banco de imágenes con los actuales canales de divulgación
Equipo humano
1 guía +  1 auxiliar
$240.000.000
MADURACION
Dentro de un marco operacional mediado por las TIC en la red, se inicia un proceso de expansión con escalas pequeñas cuyas cualidades relacionales, logran mayor impacto social y económico creando una gran red conformada por nodos de interacción de cada álbum.
5.        Generación de productos
exposiciones virtuales, catálogos en línea de venta de fotografías, redes temáticas e incluso una invitación a la sociedad en general mediante métodos participativos adecuados al sistema de documentación de las fotografías en cada categoría y creando diferentes órdenes de álbumes
Equipo técnico
Sistema interactivo que vincule el banco de imágenes con los actuales canales de divulgación
Equipo humano
1 guía +  3 auxiliares
$360.000.000
6.        Ofrecer servicios
Cada habitante del PCC puede entonces establecer vínculos con personas e instituciones a nivel mundial a partir de la memoria de sus valores sociales como un patrimonio cultural, con el fin de ofrecer servicios o conseguir recursos directamente con el sector turístico cultural

Retribucion de la inversion a traves de un cluster cultural turistico ofrecido por la comunidad misma a la sociedad global





5.1    Cronograma de ejecucion del proyecto

ACTIVIDAD
AÑO 1
AÑO 2
AÑO 3
Desarrollo de talleres de memoria:




































trabajo de campo




































Diseño e implementación de artefactos materiales




































Vínculo con canales existentes




































Generación de productos




































Ofrecer servicios





































6     Comunidad beneficiara/ejecutora del proyecto

6.1    Descripcion de la comunidad o grupo de personas que forman parte del proyecto.

La comunidad beneficiaria serian la población del paisaje cafetero que se calcula para el 2015 en 650.000 personas distribuidas en todos los municipios que hacen parte de la declaratoria.
De estas, un 60% aproximadamente se encuentran vinculadas a la FEDERACION NACIONAL DE CAFETEROS como organismo de orden público privado que administra y ejecuta todas las políticas públicas que respecto a la caficultura se dan, como el proyecto que se presenta.
De este 60% encontramos que existen uno 1.200 líderes campesinos habitantes del PCC quienes podían organizar sus respectivas comunidades bajo esta estrategia de apropiación.

6.2    Otros destinatarios del proyecto

Gobierno colombiano en cabeza del Ministerio de Cultura junto al Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio, el ministerio de Industria, Comercio y Turismo, el Departamento Nacional de Planeación (DNP) y los gobiernos regionales representados por los comités departamentales de cafeteros, las gobernaciones, las corporaciones autónomas regionales, las universidades públicas y privadas interesadas, las cámaras de comercio y cerca de 65 organizaciones sociales que giran en torno al PCC y todos los recursos que desde su declaratoria pueden movilizarse.


7     Definición de los aspectos económicos del proyecto.

7.1    presupuesto.

El presupuesto para un proyecto de 36 meses aproximado teniendo en cuenta la adquisicion de equipos bajo la figura del Leasing y el pago de honorarios con todos los parafiscales reglamentarios asciende a una invesrsion total de: $ 1.980.000.000 cop. Unos 650.000 dolares americanos.

7.2    Estrategia de Gestión de Recursos Financieros.

Los recursos financieros se gestionarian al estar dentro de las acciones que define el Plan de manejo del PCC (Anexo 1) que a su vez se articulan a los documentos CONPES, que en Colombia rigen las convocatorias para acceder a recursos desde la investigacion y la ejecucion de proyectos.
Este proyecto podria presentarse en el marco de investigaciones hechas por Universidades desde grupos de investigacion asociados a COLCIENCIAS y gestionar recursos desde esta entida, quien a su vez buscaria recursos de la UNESCO.

7.3    Estrategia de Comunicación del proyecto

El proyecto se comunicaria a travez de los canales que ya existen, la idea es hacer crecer los pequeños nodos en una red mas estructurada a partir de las narraciones digitalizadas de los albumes de familia fotograficos, lo que ya de por si implica que las personas se vean involucradas y con esto, comuniqen el proyecto. Al respecto se describe un posible escenario de actuacion de este proyecto.
Interactor génesis: Juan Pablo. 27 años. Ficha biográfica: Futuro estudiante de postgrado en el exterior. Habita desde sus 2 años en la capital del país, aunque nació en un municipio del PCC, ahora va acceder a un postgrado en el exterior y desea elaborar un anteproyecto sobre la declaratoria del PCC como patrimonio cultural de la humanidad. Necesidades: Experiencias on-line que le proporcionen información sobre aspectos sociales y culturales del PCC. Escenario: Juan es un habitual navegador de la red en busca de información sobre temas de su interés, a menudo lo hace luego de recibir mail de sus amigos quienes le comparten muchos enlaces, blogs y videos.  Accede a un blog sobre el tema del PCC referenciado en un artículo de periódico on-line.
Aquí se encuentra con un álbum de familia, a partir de una publicación sobre la influencia de la arquitectura  para las comunidades. Explora las entradas y comentarios, encuentra fotografías de diferentes aspectos arquitectónicos de pueblos, viviendas y otras construcciones alrededor del beneficio del café.
Da click sobre una de ellas, para observar con más detalle y se da cuenta que abren enlaces donde está la historia del porque y cuando fue tomada. Encontrando que las fotografías están señaladas por una familia que tiene su apellido. Por curiosidad entra al perfil de Facebook para consultar si alguien le puede confirmar si son parte de su familia.
Una señora vía mail le envía un hang out, le confirma que son parientes por parte del tío abuelo, Juan, que no conoce la historia, inicia una indagación y se da cuenta de historias de muchos miembros de su familia que aún no conoce personalmente.
Consulta páginas que invitan a formar parte de forma activa de la reconstrucción de la memoria del PCC. Decide buscar más información a través de su perfil de google+ con vínculos a instituciones de historia y cultura. Se apunta como voluntario a un programa para recolectar fotografías al respecto e inicia un proceso de recolección y digitalización de fotografías de su álbum de familia junto a relatos contados por sus familiares más viejos que hace tiempo viven en la capital poseen fotografías de su época.
Inicia contacto por su blog con familiares que empieza a conocer. Comparte esta información y envía a varios amigos y familiares los enlaces descubiertos. Planea entonces un viaje y encuentra que una familiar quien posee un hostal temático sobre la caficultura le brinda todos los servicios de manera económica y lo mejor, de forma familiar.
JUAN PABLO sin dudarlo viaja al PCC antes de irse al exterior e inicia un proceso de apropiación de su historia familiar como nunca antes pensó. (VER ANEXO 3)

7.4    Definición del modelo de gestión y organización del grupo de trabajo.

El proyecto debe establcer un grupo interdisciplinario de profesionales y auxiliares desde las ciencias sociales y humanas hasta de las ciencias informaticas, se propone para que trabajen en el proyecto bajo la prestacion de servicios, con la perspectiva de la creación de un OBSERVATORIO DEL PAISAJE CULTURAL CAFETERO de manera permanente auspiciado por la UNESCO y con el apoyo del gobierno colombiano, la federacion de cafeteros de colombia y el ministerio de industria, comercio y turismo. Asimismo de la rede de museos de colombia y el centro de memoria historica.

7.5    Evaluación y resultados esperados del proyecto

RESULTADO
INDICADOR
FUENTE DE VERIFICACIÓN
Talleres de memoria
Numero de asistentes
Listas de asistencia y registro fotografico.
Cantidad de fotografias recolectadas.
Recoleccion de fotografias en trabajo de campo
Numero de fotografias recolectadas
Inventario de fotografias
Escaner itinerante
Escaner funcionando in situ
Numero de usuarios que acceden
Numero de fotografias ingresadas
Escaner en operacion
Red de nodos en la web
Numero de blogs personales
Numero de WEB de PYMES
Numero de accesos
Cantidad de fotografias ingresadas
Cantidad de servicios ofrecidos
Cantidad de negocios concretados
exposiciones virtuales, catálogos en línea de venta de fotografías y redes temáticas
Numero de exposiciones
Cantidad de Ventas
Numero de redes tematicas
Registro de visitas y memorias
Dinero ingresado
Numero de usuarios participantes
En el anexo 4 punto 9.4 de este documento se da cuenta de una prueba piloto desarrollada con el trabajo de campo y la aplicación de un taller de memoria.

8     Bibliografia

·         Arévalo, J. El patrimonio como representación colectiva: la intangibilidad de los bienes culturales. Vol. 23. Disponible en http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1668-80902012000200001&lng=es&nrm=iso. Publicado 2. dic. 2012. Consultado ago 2013
·         Buchanan. Richard, Declaración por Diseño: Retórica, Argumento y Demostración en la Práctica del Diseño. Disponible en www.mexicanosdisenando.org.mx. Consultado Dic. 2013.
·         CARDER. Corporación Autónoma Regional de Risaralda et al. (2004). Ecorregión Eje Cafetero: un territorio de oportunidades. Pereira. Colombia
·         García C, N. (1999) "Los usos sociales del patrimonio cultural", en Patrimonio etnológico. Nuevas perspectivas de estudio, Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico/Fundación Machado, Ed. Comares. pp. 16-33. Granada. España
·         Ghul, A. (2008) Café y Cambio de Paisaje en Colombia 1970- 2005. Universidad de Caldas. Manizales. Colombia
·         Gómez, A. (2010) “El paisaje como patrimonio cultural, ambiental y productivo. Análisis e intervención para su sostenibilidad”. En revista KEPES Institucional del programa de Diseño Visual de la Universidad de Caldas. Ene – Dic 2010. Pp. 91-105 Universidad de Caldas. Manizales. Colombia
·         Macías Reyes, R. Factores culturales y desarrollo cultural comunitario. Reflexiones desde la práctica. Disponible en http://www.eumed.net/libros-gratis/2011c/985/indice.htm. Publicado en 2011. Consultado julio 2014.
·         Saldarriaga, C. et al (2010). Cartilla del Paisaje Cultural Cafetero. Ed. 2. Ed. Red alma mater. Pereira. Colombia
·         Silva, A. (1998) Álbum de familia, la imagen de nosotros mismos. Ed. Norma: Bogotá. Colombia
·         Sontag, S. (2008). Sobre la fotografía. Ed. Alfaguara: Madrid. España
·         UNESCO (1997) Nuestra Diversidad Creativa, Indicaciones de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo. UNESCO. México



9     Anexos

9.1    Tabla 1 Síntesis del plan de manejo del PCC


Fuente: Elaboración propia a partir de Saldarriaga (2010.p. 25)



9.2    Propuesta para fase de fructificacion

























9.3    CANAL DE comunicación EN WEB EXISTENTE
















9.4    verificacion de actividades hechas

Este taller se desarrolló en el Municipio de Neira, Caldas, para realizar una reflexión sobre la importancia de las narraciones que suscitan las fotografías sistematizadas en álbumes de familia de habitantes reales del PCC con respecto a su declaratoria como patrimonio de la humanidad. Se realizó con la ayuda y aprobación de la dirección del proyecto marco de acción de la investigación de la UNICALDAS que contempla para su ejecución este tipo de actividades referentes al concepto de memoria y recibió el apoyo de la alcaldía y la secretaria de educación y cultura municipal. En él, se aplicó el método de comparación constante, por ello y gracias a que la población participante fue proactiva se recolectaron una serie de fotografías que narran la memoria de sus valores sociales mediante álbumes de familia desde diversas perspectivas y categorías fotográficas, comunes a los otros órdenes descritos.
Participaron 16 personas, de estas el 90% eran mujeres entre los 48 a los 83 años, de diferentes condiciones educativas y socioeconómicas, el 45% era de otra parte del país pero radicada en el municipio de Neira desde hace más de 15 años. La gran mayoría eran madres y abuelas, solo dos de ellas manifestaron no tener descendencia, sin embargo guardan vínculos familiares extendidos en el municipio tanto en su parte rural, como en la urbana.
Por la manera de expresión, el grado de interés y participación en todo el taller, se decidió dar prioridad a los microrrelatos de cuatro mujeres (Ver ilustración 22) debido a que definen los extremos del rango de edad, dos viven en el casco urbano y las otras en la zona rural, dos son nativas de Neira y las otras se radicaron en él por sus matrimonios hace más de 20 años. Hay 14 abuelas y dos bisabuelas, están en contacto con gran parte de su descendencia diseminada por varias regiones del país y el extranjero.
Cuadro de texto: Fuente: Elaboración propia, 2013Estas señoras reconocieron que saben que viven en un pueblo que hace parte del Paisaje Cultural Cafetero, aunque no saben nada sobre que esta condición. Como tampoco, el cómo se hizo para que su territorio de vida cotidiana fuera declarado patrimonio cultural de la humanidad. Reconocen asimismo que no saben cómo esto puede mejorar sus condiciones de vida, porque afirman:
¡…El patrimonio cultural cafetero no sirve pa´todos, pues, todos no somos cafeteros!
¡Eso del paisaje, es cosa del alcalde, de los concejales, de los políticos… yo no sé na´deso, ni pa´q´sirve, ni pa´ques la vaina… de pronto para mejorar carreteras o construir escuelas… si acaso![8]
Mediante estas frases, se corrobora una de las problemáticas respecto a la falta de apropiación social del paisaje cafetero como patrimonio cultural dentro de la población. Frente a este aspecto, tal y como afirma Gómez (2013) se debe iniciar un proceso con la población habitante del PCC, para que se apropien del patrimonio cultural de la humanidad con el rescate de sus valores y los aspectos que atañen a su historia familiar, entre otros muchos, los cuales están reflejados en sus álbumes de familia como formas de narrar sus valores sociales. Con el fin de lograr que se dé una apropiación de la declaratoria del PCC por parte de todos los habitantes de su territorio este proyecto define la siguientes conclusiones preliminares sobre todo lo descrito o analizado hasta estas líneas.
También se hizo un trabajo de campo durante tres días a municipios que conforman el PCC para indagar que tipos de álbumes de familia fotográficos están disponibles con el fin de lograr la apropiación de la declaratoria como patrimonio de la humanidad y de esta manera evitar el rápido deterioro y destrucción de los recursos paisajísticos, los valores sociales y los bienes patrimoniales materiales e inmateriales. Los municipios visitados fueron Aránzazu, Salamina, Pacora y Aguadas, en lo que será un corredor turístico del Departamento de Caldas que actualmente se denomina como Ruta norte del Paisaje Cultural Cafetero la cual se puede apreciar en la ilustración siguiente (# 14). En las cabeceras de cada uno de estos municipios se visitaron los lugares institucionales y se realizaron entrevistas a personas encargadas de la divulgación del patrimonio cultural bajo la propuesta del método de muestreo teórico y comparación constante.




[1]  Es un organismo especializado de las Naciones Unidas que tiene como objetivo contribuir a la paz y a la seguridad en el mundo mediante la educación, la ciencia, la cultura y las comunicaciones. Orienta a los pueblos en una gestión más eficaz del desarrollo, a través de los recursos naturales y los valores culturales, sin que por ello se pierdan su identidad y su diversidad cultural.
[2] Un documento CONPES es el instrumento, por el cual el Consejo Nacional de Política Económica y Social (CONPES) comunica, coordina y orienta a los organismos encargados de la dirección económica y social del Gobierno colombiano, bajo la dirección del Departamento Nacional de Planeación que desempeña las funciones de Secretaría Ejecutiva del CONPES Y CONPES social.
[3] El documento CONPES 3803 referido al Paisaje Cultural Cafetero Colombiano como patrimonio de la humanidad, fue presentado por el DNP oficialmente a la población en general el 13 de febrero del 2014 en el marco de una visita oficial del Presidente colombiano al departamento del Quindío.
[4] Es un término que nace de la mezcla entre globalización y localización que se desarrolló en la década de 1980, el creador del término y su difusor, es el sociólogo norteamericano Roland Robertson refiriéndose en términos económicos a la persona, grupo,, organización o comunidad que está dispuesta y es capaz de pensar globalmente y actuar localmente.
[5] La Misión de Estudios para la Competitividad de la Caficultura en Colombia dirigida por el Dr. Juan José Echavarría fue creada en 2013 por el Presidente de la República, Juan Manuel Santos, para “realizar un análisis profundo e integral de diferentes aspectos del sector a nivel mundial y nacional, y a partir de ello, diseñar un conjunto de políticas públicas y estrategias que permitan enfrentar los problemas estructurales del sector en el ámbito de la producción, comercialización, innovación, generación de valor agregado, gestión de riesgos, aspectos sociales como la generación de empleo e ingresos y por último, el marco institucional del sector cafetero. Lo anterior con el objetivo de contribuir al desarrollo sostenible y competitivo de la caficultura colombiana en el mediano y largo plazo”  palabras expresadas en el marco del seminario "Misión Estudios Competitividad Caficultura en Colombia" organizado por la universidad de Rosario el 22 de octubre del 2014. Tomado de: http://www.urosario.edu.co/Home/Principal/Orgullo-Rosarista/Destacados/URosario-protagonista-en-la-Mision-del-Cafe
[6] Para el año 2014 la producción cafetera colombiana está concentrada en cuatro departamentos: Huila, Antioquia, Tolima y Valle del Cauca. Lo cual muestra que los que conforman el PCC han perdido protagonismo frente a la producción cafetera (Revista Dinero 457, Octubre de 2014)
[7] El acuerdo por la prosperidad cafetera 2010-2015 es la carta de navegación para la política cafetera, en él se ratifica la caficultura como capital social estratégico, cuya estructura productiva es irremplazable para el país, razón por la cual se constituye en el motor fundamental para el crecimiento del sector agrícola y el desarrollo rural en un entorno de paz y prosperidad con generación de empleo. Tomado de http://www.federaciondecafeteros.org/static/files/Editorial_Acuerdo_Prosperidad_Cafetera_10_15.pdf
[8] Frases pronunciadas en el transcurso del taller.